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Benedicto XVI rompe el silencio desde su renuncia en febrero pasado y explica por qué tomó la decisión de dejar de ser papa de la Iglesia Católica, asegurando que Dios mismo le inspiró este deseo durante un arrebato místico.

Former pope Benedict greets Pope Francis at the Vatican

La renuncia de Benedicto XVI como papa de la Iglesia Católica ha sido uno de los acontecimientos más polémicos del año, algo que no sucedía desde hace casi seis siglos y del cual aún no existe una explicación clara al respecto.

En ese momento, en febrero pasado, se dijo que Joseph Ratzinger se había retirado ante la enorme y al parecer invencible corrupción al interior de la cúpula católica, en particular en torno al problema de los sacerdotes pederastas. Igualmente se especuló sobre la posibilidad de que un grupo de sacerdotes homosexuales hubiera forzado su renuncia por medio del chantaje.

Ahora, sin embargo, ha sido el propio Ratzinger quien dio a conocer la causa de su renuncia, la cual, sorprendentemente, no fue otra más que una petición de Dios mismo, quien en una “experiencia mística” le indicó qué decisión debía tomar.

La declaración fue difundida por la agencia alemana de noticias Zenit aunque sin revelar el nombre de la persona que habló con el ex papa. Según el relato de Ratzinger, Dios no se le apareció bajo la forma de una visión ni tampoco escuchó su voz; más bien fue sujeto de un arrebato durante el cual la Divinidad le inspiró el “deseo absoluto” de dedicar su vida a la oración y no a las labores del papado. Asimismo, esta experiencia mística duró varios meses, al parecer siempre orientada a la necesidad de crear una relación directa y exclusiva con Dios.

Por otro lado, el “carisma” de su sucesor, el papa Francisco, es para Ratzinger la prueba de que su renuncia estuvo inspirada por “la voluntad de Dios”.

Actualmente Benedicto XVI vive en los Jardines de El Vaticano, donde recibe a pocos visitantes y, según este llamado divino, vive entregado a la oración.

[The Guardian]