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Ranas psicoactivas, tampones con vodka y otros highs legales desde Alemania

Por: Jimena O. - 03/30/2013

No sólo las sustancias ilegales permiten a los buscadores de sensaciones acceder a otros estados de conciencia. En busca de una nueva experiencia, los ingredientes pueden estar en tu cocina.

rana

La "guerra contra las drogas" adopta diferentes rostros alrededor del mundo. Desde la violencia de los 80 y 90 en Colombia y Brasil hasta la muerte de 70 mil personas en México durante la "guerra contra el narco" de Felipe Calderón, hasta la legalización controlada en algunos estados de la Unión Americana y Europa, los argumentos a favor de la tolerancia y la legalización así como más control estatal y educación buscan cambiar lo que en nuestros días ya es una guerra mundial.

En el caso de Alemania la guerra contra las drogas no es en ningún modo tan violenta como en México. En ese país, la educación trata de prevenir lo que el ejército en México trata de reparar. Pero la gente no utiliza solamente cannabis y cocaína como drogas recreativas, sino que los métodos para acceder a otras formas de conciencia admiten las más diversas opciones. Como salida de una leyenda urbana o de la cultura popular, la última moda en Mannheim, por ejemplo, es lamer ranas sudamericanas durante las fiestas. Estas ranas tienen un efecto psicoactivo que no parece tener secuelas visibles, a diferencia de otras drogas caseras.

Willi Stier, oficial de policía de Mannheim y educador comunitario, afirma que "los usuarios de drogas buscan productos alternativos o la modificación de las recetas [para mantenerse] un paso por delante de las autoridades." El cannabis, por ejemplo, es un secreto a voces, un tabú: "el bong, la pipa de agua, todos saben lo que son...", e incluso se pueden portar hasta seis gramos o tres unidades para consumo personal. Pero la curiosidad o el estigma social podrían estar provocando que los usuarios accedieran a nuevos tipos de highs mediante sustancias legales e incluso que pueden encontrar en sus propias casas, utilizadas de maneras sencillamente distintas.

Mezclas de hierbas, sales de baño, limpiadores de peceras, fertilizantes, barras de granola, anestésicos veterinarios, cosméticos, lociones, perfumes y limpiadores en general, o incluso anfetaminas y drogas de prescripción son combinadas buscando nuevas alturas sin riesgo de vérselas con la ley. El Internet permite acceder sencilla y anónimamente a muchas de estas sustancias, por lo que ni siquiera es necesario verse físicamente con un dealer. "Lo más horrible, por ahora, es algo que adoptaron de Europa del Este. Llamémoslo 'heroína barata'. Te pudre el cuerpo desde adentro, como el crystal meth."

Stier afirma que las ranas psicoactivas del Amazonas no son lo único que rola de mano en mano en las fiestas: el "Stürzer" es una especie de bong para cervezas que te abre la laringe y hace que no tengas que beber sino tragar directamente el líquido; las chicas pueden remojar un tampón en vodka e introducirlo en la vagina, "con lo que puedes embriagarte sin tener aliento alcohólico." Otra bebida es el "port-a-potty", loción y refresco de cola. El alcohol se hace presente nuevamente como una preocupación más imperiosa para las autoridades que las sustancias ilegales.

Según la periodista Barbara Hardinghaus, lo único que impide buscar opciones intermedias entre la legalización y la prevención de las adicciones es el miedo. La opción en nuestras sociedades parece seguir siendo la que aporte más certeza: la prohibición y criminalización de drogas tiene resultados cuantificables, aunque vengan en forma de leyes, número de convictos en las cárceles y muertos en las calles. Al menos en Alemania y otros países la regulación gubernamental y la tolerancia al uso individual de ciertas drogas "suaves" no ha provocado ni un aumento en el consumo ni un descenso en general. Si por la razón que fuera alguien quiere jugar con el desarreglo de los sentidos, no hay ley que le impida inventar algo para hacerlo.

[Spiegel]