Uno de los oficios más mágicos de la historia es el de hacedor de nubes, chamanes, brujos y príncipes, históricamente han experimentado con técnicas para manipular la naturaleza. Hacer llover, empañar el ambiente o dibujar ominosos signos en el cielo es en sí mismo una labor de poder y poesía. Pero la magia en nuestra era es reemplazada por la tecnología --lo mejor que esperamos es que la tecnología tenga algo de arte. Y es el caso de la Cloud Machine.
Cloud Machine es un proyecto de arte ambiental desarrollado por Karolina Sobecka para la organización Amateur Human. Según su autora "un aparato de modificación del clima personal", capaz de sembrar nubes de unos cinco metros en el cielo. "Aunque, con la conjunción atmosférica adecuada, puede potencialmente empezar una reacción en cadena de lluvia". Así jugando al clima como demiurgos tirando los dados.
CLOUDMAKER from amateurhuman on Vimeo.
Esta máquina de nubes consiste de un par de globos aerostáticos equipados con una consola inteligente Arudino, GPS, cámaras, y un altímetro. Al llegar a una altura predeterminada desprende "núcleos de condensación nubosa" --semillas de nubes (en realidad, sal de mar-)- junto con vapor de agua. Si todo sale bien, la humedad se condensa y crea una nube: un ser etéreo.
Como sucede en otros ámbitos: hacer algo solo es únicamente un proyecto de arte --el individuo-- pero si se sembrarán muchas nubes, entonces se convertiría en un movimiento social, quizás uno que podría combatir el cambio climático, bloqueando los rayos del sol. Por ahora y quizás siempre, nos quedamos con la nube como arte.