Bob Larson, pastor cristiano que conduce un programa televisivo, hace una demostración de como exorcizar a un demonio gay del interior de uno de sus fieles creyentes. El espectáculo, ciertamente cómico, es una muestra más del poder de los medios y las instituciones religiosas que, a pesar de que frecuentemente se auto-ridiculizan (como en esta ocasión), siguen convenciendo y manipulando de manera cotidiana a millones de personas.