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Autoridades brasileñas han desmantelado talleres textiles donde los trabajadores están atados a una perpetua esclavitud. Al indagar más, las prendas confeccionadas en estos lugares resultaron ser de la marca Zara.

Con un emporio de tales dimensiones, era casi imposible que la firma Inditex, propietaria de la famosa marca Zara, no tuviera su lado oscuro.

 De acuerdo al gobierno brasileño, en el 2011, en la ciudad de Sao Paulo fueron desmantelados dos talleres textiles que fabricaban ropa de la marca. En ellos permanecían esclavizados inmigrantes indocumentados de Bolivia y Perú, países donde habían sido capturados por una banda dedicada al tráfico de personas; esto sólo es una muestra de la enorme red que opera a favor del corporativo español.

EL Ministerio del Trabajo presume que existen al menos 33 talleres subcontratados por el grupo Inditex en los que las condiciones laborales son paupérrimas: insalubridad, hacinamiento, miserables salarios, jornadas laborales de 16 horas. Zara respondió que se trató de una “excepción”.

Tras todas las acusaciones, Inditex reviró enfatizando que la responsabilidad era de la firma AHA, una de sus principales proveedores en Brasil, quien tenía laborando a su personal en tales condiciones.

En mayo del 2011, en la localidad de Americana, una operación le permitió a la Superintendencia Regional del Trabajo y Empleo desmantelar talleres en los que poco más de 50 trabajadores esclavizados elaboraban prendas para Zara. Aun con las pruebas fehacientes de la colusión, Inditex simplemente lo negó comentando que la seriedad de la empresa es “modélica”.  

A pesar de que las autoridades han aportado elementos suficientes  para sancionar a la firma gallega, los directivos de Inditex continúan paseando en Europa mientras un menor de edad sigue siendo explotado en la elaboración de sus prendas. 

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