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¿Cómo mejorar el autocontrol? Con pensamiento abstracto y global

Por: Luis Alberto Hara - 06/19/2012

El autocontrol, una de los rasgos de comportamiento más privilegiados en Occidente, puede potenciarse según una investigación reciente dirigida por Kentaro Fujita con pensamiento abstracto y considerando un problema en todos sus aspectos.

Existe en Occidente una añeja tradición que se remonta a los orígenes mismos de nuestra cultura, en la Grecia antigua, que privilegia el autocontrol como columna vertebral del comportamiento cotidiano. La concentración, la moderación, la renuncia a la satisfacción inmediata de un deseo con miras a un provecho posterior, son algunas de las formas en que se expresa en el concepto griego de la “sofrosine” (σωφροσύνη), en torno al cual Platón reflexionó exhaustivamente.

Igualmente entre ciertas doctrinas y disciplinas orientales la contención de uno mismo, aunque no es el objetivo principal, se tiene como una consecuencia paralela pero positiva de un proceso más amplio.

Y si bien estos antecedentes ya nos hablan de la importancia que el autocontrol puede tener en la vida práctica de cada cual, hay evidencias menos intelectualizadas que muestran por qué el desarrollo de esta disciplina personal es importante en el desarrollo de algo tan elemental como el bienestar corporal: quien, por ejemplo, no puede dejar de satisfacer su gusto por la comida, es muy probable que desarrolle efectos adversos muy específicos por esta falta de control sobre sus impulsos (obesidad, diabetes, problemas con la presión arterial, entre otros).

Por otra parte, en cuanto a los elementos de la personalidad involucrados en este asunto, algunos estudios psicológicos han mostrado que el autocontrol está ligado fuertemente con rasgos como mejores habilidades interpersonales, mejores respuestas emocionales, una alta autoestima y, sorpresivamente, pocos inconvenientes cuando se presenta con intensidad.

Ahora bien, parece lógico pensar que, de alguna manera, por el medio mismo en el que nos encontramos inmersos inevitablemente (social, en toda la extensión de la palabra), cada uno de nosotros tiene ya y ejerce algún grado de autocontrol. La pregunta sería entonces, ¿cómo mejorarlo?

Según un estudio reciente llevado a cabo por Kentaro Fujita, de la Universidad Estatal de Ohio, el autocontrol mejora sustancialmente cuando viene acompañado de pensamiento abstracto y distancia psicológica.

En el primer caso, Fujita se refiere a los andamiajes que levantamos en nuestra mente para aprehender y comprender el mundo. Mientras que algunas personas construyen estructuras simples, reducidas, para entender un suceso, para otras este mismo tiene implicaciones mucho más complejas, casi siempre dadas por una perspectiva mucho más amplia con que se pondera el hecho. Según el investigador, es esta apertura de miras lo que, de paso, incrementa el autocontrol de una persona.

Los experimentos con que el investigador llegó a esta conclusión mostraron que el pensamiento concreto se enfoca sobre todo en los medios necesarios para realizar una acción, mientras que el pensamiento abstracto mira por los fines, lo cual tiene efectos reales y mesurables en el comportamiento (por ejemplo, el tiempo necesario para reaccionar a una situación).

Por otro lado, las pruebas de Fujita confirmaron lo que sobre el autocontrol viene diciéndose desde hace siglos, aunque en este caso considerándolo en su relación con el pensamiento abstracto: las personas que acostumbran pensar de esta manera son más propensas a evitar una tentación o una gratificación instantánea, están preparadas para saber más sobre su estado de salud y es menos probable que consideren positivamente “tentaciones” como la televisión o la cerveza.

En cuanto al segundo aspecto, la “distancia psicológica”, la manera en que la personalidad afecta el autocontrol, Fujita y sus colegas encontraron que es mucho más fácil que alguien tome una decisión donde demuestra su autocontrol, cuando piensa que el asunto a resolver se encuentra distante en el tiempo (por ejemplo, cuánto ejercicio necesitarán realizar la semana próxima o qué comerán al día siguiente). En el mismo sentido, se toman decisiones mucho más disciplinadas cuando se refieren a otras personas y no a sí mismas (una variación del “haz lo que digo, no lo que hago”).

Finalmente, para resumir, Fujita elabora una serie de recomendaciones que, en su experiencia y de acuerdo a las investigaciones realizadas, mejoran el autocontrol:

Pensamiento global : “ver el cuadro completo”

Razonar abstractamente: privilegiar el aspecto completo de un asunto en vez de sus detalles

Alto nivel de categorización: pensar con conceptos abstractos, no con circunstancias específicas

Así, si consideras el autocontrol una meta deseable, quizá este texto te sea de ayuda.

[Crédito de la imagen: Marco San Martin / Flickr]

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