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La resurrección de Cristo fue una ilusión óptica, asegura investigador de Cambridge

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 04/06/2012

Thomas de Wesselow, historiador del arte en el King's College de Cambridge, asegura que la Sábana Santa es auténtica y sí cubrió el cuerpo de Cristo, pero la resurrección de este fue solo un efecto psicológico producto de una ilusión óptica.

El Sudario de Turín es sin duda una de las reliquias más controvertidas de la tradición católica, una cuya autenticidad fue especialmente discutida durante el siglo XX, sometiéndolo a los entonces más novedosos procedimientos para constatar su antigüedad con resultados que, al final, no convencieron contundentemente a las partes en disputa ―aunque es mayoritariamente la población confesional la que se inclina por aceptar que el manto efectivamente cubrió el cuerpo de Jesucristo difunto y después resurrecto.

Ahora un académico de Cambridge, el historiador del arte Thomas de Wesselow, vuelve a poner casi literalmente el dedo en la llaga al afirmar que la llamada Sábana Santa sí estuvo en contacto con el cuerpo del Crucificado, pero fueron los trazos delineados sobre el tejido los que confundieron a los apóstoles, haciéndoles creer que Jesús volvió a la vida y se levantó de su sepulcro.

“En aquella época las imágenes tenían una presencia psicológica, se percibían como parte de un plano separado de existencia, como si tuvieran vida en sí misma”, asegura Wesselow, infiriendo de esto que los discípulos de Cristo vieron la imagen sobre el Sudario como el doble viviente de su maestro.

“Piénsate a ti mismo en toda la experiencia de los apóstoles: adentrarte en el sepulcro tres días después de la crucifixión, en la penumbra, y ver esa imagen emergiendo de las prendas funerarias”, plantea el investigador

Wesselow, que aceptar ser un entusiasta del Manto de Turín, está por publicar los resultados de una investigación sobre la prenda que le tomó 8 años, después de los cuales puede afirmar que “ha resuelto el enigma” que rodea a una de las pocas pertenencias de Jesús que además de conservarse hasta la fecha, reciben culto y veneración públicas y sancionadas por las autoridades eclesiásticas.

Según el historiador, la mayoría de las hipótesis que se han elaborado en torno a la Sábana Santa son erróneas, incluso la prueba del Carbono-14 que se le practicó en la década de los ochenta. Por el contrario, Wesselow conjetura que la reliquia fue hurtada por los cruzados que saquearon Constantinopla en 1204. Asimismo, afirma que análisis más recientes han probado que la prenda es genuina, entre ellos la evidencia en sus fibras de restos de polen que demuestran que alguna vez estuvo en Israel, una costura idéntica a la de otra prenda del siglo I hallada en Judea y un análisis que supuestamente data su edad en más de 1,300 años.

En cuanto a su idea de que la resurrección fue solo un efecto psicológico, una ilusión óptica, cita en su defensa pasajes bíblicos en los que los primeros testigos de la resurrección son incapaces de reconocer al resucitado y, en un sentido más profundo, el dicho inequívoco de san Pablo de que “la resurrección no se trata de cuerpo y sangre”.

[Daily Mail]