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¿Por qué especies similares en un hábitat pequeño (como los peces en un lago) no se mezclan entre sí a pesar de su cercanía biológica y espacial? La fealdad podría explicar este fenómeno de la biodiversidad.

Uno de los enigmas más interesantes de la biodiversidad es el hecho de que especies diferentes apenas en rasgos mínimos que, además, comparten lugar y tiempo, no intenten ni por accidente establecer algún tipo de cópula o de relación con fines reproductivos ―lo cual, en última instancia, llevaría a un tipo de uniformidad biológica. Así, por ejemplo, los peces en un lago que coexisten en un hábitat relativamente pequeño conservando siempre su distinción evolutiva.

Esto se explica, según investigadores de la Universidad de British Columbia, por un elemento que humanamente podríamos llamar fealdad: las hembras de determinada especie encuentran a los machos de otra feos, desagradables, repulsivos como para entablar una relación sexual. Leithen M'Gonigle explica:

Nuestro modelo muestra que las especies pueden coexistir establemente en el mismo hábitat tanto como se conserven dos condiciones simples. Primero, la distribución de recursos que utilizan debe ser irregular, para que los grupos de hembras con diferentes preferencias de pareja puedan ocupar diferentes polos de recursos. Segundo, las hembras deben pagar un costo por ser elegibles, sea por la reducción de supervivencia o por la fecundidad.

En suma, ambas circunstancias se conjugan para mantener a las hembras de una especie aisladas en una zona específica, prevenidas de entrar a zonas donde lo único que encuentran son machos repugnantes.

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