¿Dónde están las princesas de Disney? Todas han sido asesinadas
Por: Javier Barros Del Villar - 02/13/2012
Por: Javier Barros Del Villar - 02/13/2012
Tras su indeleble paso por el imaginario colectivo infantil, el futuro de las icónicas princesitas y heroínas de Disney quedó a la deriva. En unos años pasaron de ser inspiradores pulsos para millones de niñas, a una especie de fantasmas vintage o, incluso peor, cadáveres azarosamente abandonados en rincones desconocidos.
¿Qué pasaría si te dijera que el cuerpo de Ariel, mejor conocida como "La Sirenita", fue arrojado por la marea, en una playa distante, envuelto en una bolsa de plástico? ¿Te sentirías traicionado por las fantasías que alguna vez le regalaste? ¿Qué emociones te produciría observar el cadáver de Blanca Nieves sobre una plancha de concreto, boca abajo, con las piernas semiabiertas y un zapato de tacón rojo como único espectador? ¿Te importaría conocer los eventos que concluyeron en dicha escena? ¿Sabías que Alicia, aquella sonriente niña que practicaba las artes psiconaúticas en el País de las Maravillas, terminó sus días desahuciada, atada en una silla por sus captores, y dejó de respirar casi en el mismo instante en que el conejo blanco cerró sus ojos? o ¿alguna vez imaginaste que la Bella Durmiente jamás despertaría o que su último recuerdo sería el rostro de un ser que la asaltó sexualmente, momentos antes de quitarle la vida?
El fotógrafo francés Thomas Czarnecki creó la serie de fotografías titulada From Enchantment to Down [Del encanto a la decadencia] para confrontar los risueños paradigmas encauzados por Disney y compañía con otra realidad: aquella que millones de personas, de niños, presenciaban como sustituto a estas narrativas y que más bien tenía que ver con la muerte, el crimen y el olvido. "Quería provocar un choque entre el universo naïve y la inocencia de los cuentos de hadas, y una realidad mucho más oscura que también forma parte de nuestra cultura popular [...]; hay tantos personajes de Disney embebidos en nuestra cultura como criaturas dulces e inocentes, que decidí extraerlas de sus contextos fantásticos propios de cuentos de hadas", explica el autor.
Y a pesar de que el objetivo de Czarnecki es, en primer plano, un tanto rebuscado entre las filas del arte contemporáneo —generar un shock cultural— y de que no queda claro el grado de reflexión al que nos está invitando intencionalmente, en mi opinión, esta visita guiada que parte del encantamiento y se dirige, sin escalas, hacia el ocaso, resulta particularmente interesante. Por un lado, la obra propone una reflexión catártica, respaldada por la tergiversación de la fantasía pop, al exponer populares iconos de dulzura e inocencia frente a una cruda realidad, la cual, por cierto, mantiene una mayor similitud con las vivencias cotidianas de millones de personas alrededor del mundo.
Por otro lado, desde una perspectiva más profunda, Czarnecki consuma un oximorón (la codificación de un mensaje a partir de la comunión de dos símbolos culturalmente poco asociados), logrando así una especie de hermenéutica pop que desdobla en discurso visual orientado a reflexiones que van desde lo efímero del proceso consumo/deshecho de símbolos, por parte de las audiencias mainstream (un nicho al cual todos, al menos alguna vez, pertenecimos), hasta el debate ontológico sobre la proyección de narrativas fantásticas que, en muchas ocasiones, pueden actuar como sedantes psicosociales.
En fin, tal vez estos son los desenlaces que cristalizaron el destino de las heroínas de Disney en un universo paralelo, el cual, probablemente, está más cerca de nosotros, y de los nuestros, de lo que creemos. Y quizá la postura más sana ante está posibilidad sea asumir nuestra existencia ubicada, dinámicamente, como un péndulo, en la frontera que separa ambos mundos, el de la tierna fantasía y el del crudo ocaso.
Twitter del autor: @ParadoxeParadis