Desde nuestros inicios los seres humanos hemos buscado las respuestas de nuestra existencia en nuestro propio entorno: la naturaleza, la conciencia y la duda forman parte de nuestra esencia. Sin embargo, hay cosas que definitivamente no tienen respuesta —hasta el momento— como es el caso de a "Estructura de Richat", también conocida como “El ojo de la Tierra”. Esta impactante falla geográfica nos demuestra una vez más que los seres humanos somos una especie novata en este gran planeta.
La Estructura de Richat, apodado por otros “el espejo de Dios”, se encuentra ubicada en el Desierto del Sahara, en Mauritania, y se le considera uno de los puntos energéticos más importantes de la Tierra. Físicamente hace alusión a una espiral gigantesca multicolor —casi de otro planeta— y visualmente su gama de texturas es sorprendente. Su forma de ojo casi perfecta la ha hecho acreedora del mote de “ojo de la tierra”, y quienes han tenido la oportunidad de verlo desde el espacio aseguran que es impactante.
Su espiral interna parece un infinito, un pozo sin fondo con formas de huracán donde podría caber cualquier cosa, ondas interminables con memoria. Pero dejando de lado esta romántica descripción, existen varias teorías científicas en torno a su origen: una de las más aceptadas asegura que esta falla de 50 km de diámetro es el resultado del impacto de un meteorito, otra fuerte teoría afirma que esta singular estructura simétrica se trata en realidad de un domo anticlinal que ha sufrido el paso de la erosión durante millones de años y también se presume que es el resultado de una gran erupción. Pero nada de esto es seguro, y dudo que los seres humanos seamos capaces de descifrar este gran misterio. Mientras tanto podemos disfrutar de su belleza gracias a imágenes que otros han tomado para nosotros.