El Minarete de Jam, en Afganistán: un maravilloso monumento a la pluralidad religiosa
Por: Luis Alberto Hara - 08/07/2011
Por: Luis Alberto Hara - 08/07/2011
Construida alrededor del año 1190 por el refinado imperio gúrida, el Minarete de Jam es uno de los mejores secretos de la arquitectura medieval, una obra artística de la más alta conciencia humana. Este minarete es un faro de 65 metros de altura que apunta a las estrellas e ilumina la mente humana en medio de las inexpugnables montañas de Afganistán.
Quizás lo más interesante del también llamado alminar, construido por una civilización de origen persa, es que en sus hermosas e intrincadas inscripciones reproduce un sura del Corán que habla sobre Miriam (la Virgen María) y los profetas Abraham e Isaac. Es decir, hace énfasis en lo que el judaísmo, el cristianismo y el islam tienen en común y no en las diferencias, como suele hacerse hoy, olvidando que estos tres monoteísmos comparten raíces en la noche del tiempo.
El arquitecto explorador Dan Cruikshank, uno de los pocos occidentales en haber logrado inspeccionar el lugar, atravesando un inhóspito paisaje, policía e insurgentes, recalca la pluralidad religiosa:
"Parece que los gúridas colocaron el texto aquí para apelar a la armonía y a la tolerancia de esta tierra, un mensaje que es más relevante que nunca".
Quizás no sea casualidad tampoco que muy cerca de este monumento se encuentra un cementerio judío, símbolo de la posible convivencia religiosa.
El minarete cuenta con dos escaleras en forma de espiral al interior formando una doble hélice y un relieve de estuco ornamentado con arabescos y patrones geométricos característicos del arte sacro.
El sueño de la convivencia entre los tres grandes monoteísmos, que ha generado tantas muertes y guerras, fue elocuentemente expresado en la obra Nathan el Sabio, del escritor alemán Gotthold Ephraim Lessing. Una obra que hace referencia a los valores en común de estas tres grandes religiones de manera simbólica, significando que en realidad no existe diferencia entre qué religión se práctica si se vive una vida moralmente virtuosa —entonces, la religión, como un anillo, se ajusta a la persona y las enseñanzas se funden, religando al hombre con la divinidad que no tiene ninguna afiliación o partido.