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¿Qué hay detrás de la fascinación por ciertos números, superstición o un lenguaje mágico de creación? Un científico busca analizar por qué ciertas personas prefieren ciertos números

El matemático Alex Bellos se encuentra realizando un estudio sobre cuáles son los números favoritos de las personas y qué razones hay detrás de esta predilección. Puedes ir a su sitio favouritenumber.net y contribuir a dicha investigación que arrojará interesantes datos, como cuál es el número favorito de las mujeres menores de 25 años o de los hombres de más 40 años que estudiaron matemáticas y múltiples variables demográficas más.

Bellos, como muchos científicos, se sorprende ante el hecho de que las personas tengan un número de la suerte y personalicen su elección "proyectando algo de sí" en el número. Sin embargo, históricamente se ha dado importancia a los números ya que según algunas tradiciones esotéricas éstos fueron la "materia" usada en la creación del mundo. El filósofo y matemático Hipaso de Metaponto sostenía que el número fue el primer patrón usado por los demiurgos en la formación del universo.  Pitágoras define el número como "la extensión y la energía de las razones espermáticas contenidas en la mónada", según Manly P. Hall.

Para Pitágoras la mónada, el número 1,  era la mente, el hermafroditismo, Dios. Se le llamaba también "Trono de Júpiter"; "Piralios", "aquel que existe en el fuego"; "Prometeo", porque llevó la luz a los hombres; "Proteo", porque puede cambiar de forma, etcétera.

El 2 o la duada es la Madre (similar al concepto de yin). El 2 da nacimiento a la separación y a la ignorancia pero ella contiene latente a la sabiduría. Los pitagóricos adoraban el 1 y aborrecían el 2, el número del abismo, espejo del cielo, que simbolizaba la ilusión de este mundo.

El 3 o la tríada, el número del triángulo y de la trinidad, simboliza la unión de la divinidad y de los principios de la polaridad para dar a luz al mundo. Es el número que preside sobre Saturno, según los pitagóricos.

El 4 es considerado por los pitagóricos como la raíz primigenia númerica de todas las cosas, la fuente de la naturaleza y el principio intelectual de la creación.

Al 5 era se le tenía por sagrado entre los pitagóricos porque multiplicado por sí mismo regresa a sí mismo, como las semillas se convierten en raíces. Es también el número del éter, el quinto elemento, libre de las perturbaciones de los elementos inferiores.

El 6 es el símbolo del matrimonio porque lo forman dos triángulos, uno masculino y uno femenino; también es el número de la armonía y equilibrio, consagrado a Orfeo.

El 7 es el número de la religión "ya que el hombre está controlado por 7 espíritus celestiales" (Manly P. Hall). Los Elohim supuestamente eran 7; 7 los espíritus del amanecer o arcángeles que controlan los planetas (también llamados Arcones).

El 8 era sagrado porque regresa a la mónada, simbolizando el infinito ouroboros (1-2-4-8-4-2-1). Se le asociaba con los misterios inciáticos de Eleusis, con las dos serpientes del caduceo de Hermes y con los movimientos serpentinos de las esferas celestes.

El 9, o la eneada, se conocía como el número ilimitado porque no hay nada más allá de él más que el infinito 10 (el tetractys). También recibió el sobrenombre de "la esfera del aire" porque rodea los números como el aire rodea la tierra. Se le consideraba el número de las esferas, a través de las cuales  pasó la conciencia hacia el nacimiento (los nueve meses y la forma de espermatozoide contribuyen a esto). Algunos le imputaron malignidad por ver en él un 6 invertido (dado el antecedente de que el 6  era para los pitagóricos un número sagrado).

El 10 es el número de la perfección, el tetraktys (1,2,3,4), el nombre númerico de Dios (y del árbol de la vida), que contiene tanto el cielo como la tierra, el bien y el mal, el movimiento y la quietud.

El ocultista Aleister Crowley nos comparte en su libro 777 su visión de lo que simbolizan algunos otros números:

El 11 es el número de la magia o de la energía cambiando.

El 13 es la escala más alta de la unidad femenina.

El 17 es la unidad masculina (el número de Osiris).

El 23 es el glifo de la vida, del nacimiento.

El 29 es la corriente masculina.

El 41 es la vagina o yoni como fuerza vampírica.

El 43 es un número de orgasmo.

El 53 es el yoni como instrumento de placer.

El 59 es el yoni llamando al lingam (el pene).

El 67 es el vientre de la madre con los gemelos

El 71 el número de Binha, de la nada y del silencio.

El 73 es el número del aspecto femenino de Chokmah en su función fálica.

El 83 es el número del amor en su forma más alta.

El 89 es un número del pecado.