La artista y performer Millie Brown vive el sueño más luminoso de toda adolescente bulímica: se gana la vida vomitando (lo hace sobre Lady Gaga, y lo hace con chorros de colores). En su último proyecto "Nexus Vomitus" dispara un arco iris de vómito sobre un lienzo blanco inmaculado mientras las cantantes de ópera Patricia Hammond y Zita Syme la apoyan mentalmente con sus voces, preparándola para su regurgitación estética. Millie Brown bebe cocteles de pintura, como los elegantes cocteles que bebían los droogies de Naranja Mecánica, y luego los vomita con una gracia y estilo angelical tal que solo pocos humanos podrían imitar. Vomitar así tiene un valor agregado: ¿es asqueroso o delicioso? ¿es una metáfora del proceso artístico o de la sociedad consumista en la que vivimos?
Millie Brown también ha vomitado artísticamente sobre Lady Gaga: