Pocos errores humanos habrán levantado mayor número de blasfemias que el que cometió una anciana de 75 años en Georgia, nación ubicada al este de Europa. Resulta que la mujer estaba escarbando en busca de desperdicios de metal que le asegurasen un ingreso extra a la pensión mensual que recibe por parte del gobierno cuando encontró un grande trozo de miles de cables unidos cuyo brillante metal hizo eco en los ojos de la señora.
A continuación se dispuso rápidamente a trozar el gusano de metal que podría traducir en un buen número de centavos extras a su prespuesto menusal. Sin embargo, la anciana destruyó lo que es el mayor conducto de fibra óptica de esa región, que va desde Georgia hasta Armenia, y que conduce la conexión digital de ambas naciones. Ahora la mujer, que sin duda no sabía las consecuencias que ocasionaría su acción pero a la vez que fue motivada por un ánimo de hurtar, podría enfrentar hasta tres años de prisión acusada de robo y daño en propiedad ajena.