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Una feromona, que también se encuentra en el hombre, hace que los calamares entren en raptos de violencia al menor contacto con este químico

Un químico recientemente descubierto hace que los calamares entren en un estado de agresivo furor al menor contacto. Este químico también se encuentra en el ser humano por lo cual el siguiente paso es estudiar sus efectos en vertebrados.

Estudiando a los calamares (Loligo pealeii) en el Oceáno Atlántico, los científicos notaron que los machos se ven atraídos por los miles de huevos que depositan las hembras en el fondo del mar. Con tan sólo un toque de estos huevos en la cabeza o en sus tentáculos, los calamares inmediatamente y dramáticamente se transformaron de estar nadando calmadamente a un modo de agresión extrema

La clave es una proteína, una feromona que se encuentra justo afuera de la superficie de las cápsulas de los huevos. Esta molécula parece ser la primera feromona que detona agresión en un animal marino, y aunque ya se han descubierto feromonas que detonan agresividad en animales de tierra, el proceso de generación de agresividad es más complejo, donde intervienen feromonas, hormonas, estímulos fisiológicos y neurológicos, a diferencia del caso de los calamares donde el mecanismo parece ser más sencillo y directo.

En el caso de los calamares la agresividad que resulta de esta feromona les sirve para imponerse sobre otros calamares y tener una mayor posibilidad de aparearse.

Esta feromona es producida en el tracto reproductivo femenino y pertenece a una familia de proteínas conocida como “beta-microseminoproteínas”, las cuales se encuentran en las glándulas reproductivas y en altos niveles en el semen humano y de algunos roedores.

¿Es posible que esas proteínas también generen agresividad en el ser humano o son procesadas de una forma distinta? Científicos del Marine Biological Laboratory en Massachussets piensan descubrirlo.

[CS Monitor]