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Hashim Thaçi, maneja una mafia de tráfico de armas, drogas y órganos, desde hace más de una década en Kosovo, según un reporte del European Council

El primer ministro de Kosovo, Hashim Thaçi, ha sido identificado como líder de una organización criminal que opera en su país desde hace más de una década, controlando el tráfico de armas, heroína y órganos después de la guerra de 1998-1999, segun revela un reporte de derechos humanos del Consejo de Europa al cual tuvo acceso el diario The Guardian.

El reporte, firmado por el investigador de derechos humanos Dick Marty, cita al FBI y a otras fuentes de inteligencia y señala que Thaçi ha ejercido "violento control" sobre el tráfico de heroína en la última década. También se menciona que miembros del gabinete de Thaçi  tomaron rehenes de Albania depsués de la guerra, donde se dice que algunos ciudadanos serbios fueron asesinados para vender sus riñones en el mercado negro.

Justamente en estas fechas inicia un procedimiento legal en torno al caso de tráfico de órganos descubierto en el 2008, en el que se reporta que órgasso fueron extraídos de víctimas empobrecidas de una clínica llamada Medicus. Se menciona que el caso tiene que ver con el Ejército de Liberación de Kosovo y su cultivo de órganos supuestamente iniciado en el 2000.

Kosovo acaba de tener sus primeras elecciones libres, con Thaçi emergiendo como el ganador y actualmente buscando el apoyo de la oposición.

El reporte señala que  el grupo Drenica, liderado por Thaçi tomó control del Ejército de Liberación  de Kosovo y de la mayoría de las actividades ilegales de la zona (un punto importante de entrada de heroína a Europa).

Durante el conflicto armado de Kosovo, las tropas de Slobodan Miloševic respondieron a ataques del Ejército de Liberación de Kosovo con una campaña de genocidio contra la población de Albania. Hasta 10 mil personas murieron a manos de las tropas serbias. El reporte, sin embargo, señala que la comunidad internacional escogió enfocarse en estos crímenes y pasar de largo los cometidos por el Ejército de Liberación de Kosovo.

Vía The Guardian