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Un microchip inteligente detecta las transmisiones de dolor desde el cerebro hasta el nervio y las bloquea con pulsos eléctricos; la antestesia como un elemento de tecno culto.

Investigadores australianos parecen haber hackeado el histórico reto del dolor crónico, ayudados de un chip inteligente que se inserta en la espina dorsal diseñado para interceptar y bloquear la ruta mediante la cual el cerebro emite las señales del dolor. Contenido en una diminuta funda biocompatible, este dispositivo incluye una batería que carga inalámbricamente conectando con un procesador en el exterior.

De acuerdo con sus diseñadores el chip puede medir las propiedades incluidas en las señales y detectar aquellas que están transmitiendo la sensación de dolor hacia el nervio central. Y si durante este monitoreo se identifica una señal con carga de dolor, el chip inteligente emite un pulso eléctrico de 10 voltios que bloquea la señal: sin señal no hay dolor. Este dispositivo está pensado para ayudar a aquellas personas que experimentan severos dolores crónicos, en especial los ligados a la espalda o las piernas, y podría aligerar significativamente los costos financieros de estos tratamientos.

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