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La sublime fragilidad de la geometría se manifiesta en la coqueta intimidad de los copos de nieve; estructuras fractales suspendidas en el aliento de la naturaleza

Como elementos que desfilan en un sueño de translúcida matemática, las estructuras fractales de los copos de nieve son uno de los más refinados representantes de la estética natural. La pulcra intimidad microscópica de este fenómeno ha cautivado la mirada humana a lo largo de nuestra historia, y su gélida geometría nos recuerda que un pensamiento divino también puede ser suspendido para admirarse.

A pesar de incluirse entre los elementos cliche que representan la belleza o la pureza, los copos de nieve o crisantemos mantienen una cierta elegancia que parece estar más allá del abuso de sus representaciones en la cultura contemporánea. En un largo trabajo científico pero que podría equipararse a una disciplinado camino espiritual, el profesor de física del California Institute of Technology, Kenneth Libbrecht, ha dedicado los últimos once años de su vida a retaratar copos de nieve con la ayuda de un foto microscopio, y en Pijama Surf hemos decidido presentarte algo de los frutos geométricos que ha recolectado a lo largo de este tiempo:

Los copos de nieve son conglomeraciones de hielo congelado que aterrizan tras haber atravesado la atmósfera terrestre.

Las complejas formas geométricas que los distinguen se van desarrollando mientras atraviesan distintos planos de temperatura y humedad.

El hecho de que sean completamente influenciables por el entorno, como diminutos espejos abiertos, provoca que sea imposible hallar dos copos de nieve con estructuras iguales. En este sentido la "unicidad" se suma a su ya de por si naturaleza hiperpoética.

El lenguaje cliche utiliza a los copos de nieve para representar la temporada navideña o el invierno, sin embargo en un plano más profundo, estas entidades geométricas representan una proyección de la pureza del espíritu que ha sido trabajado a lo largo del año que termina con la temporada invernal.

Su naturaleza geométrica y translúcida los hace poseedores de dos de las cualidades estéticas más místicas.

La formación hexagonal nos habla de un proceso de formación estable que no requirió demasiada cantidad de energía.

Imágenes via Telegraph