*

Documentos oficiales prueban que Bush planeó la guerra de Iraq antes del 9-11

Por: Luis Alberto Hara - 09/25/2010

Por si quedaba duda de la conspiración y manipulación mediática orquestada por el gobierno de George Bush para invadir Iraq, documentos del Archivo de Seguridad Nacional evidencían que la guerra se planeó al menos desde enero del 2001, más de dos años antes de la invasión.

Documentos declasificados del Archivo de Seguridad Nacional revelan que la administración de George W. Bush planeó la guerra contra Iraq al menos desde enero del 2001, casi 9 meses antes de los ataques 'terroristas' del 11 de septiembre que supuestamente desataron la guerra contra Afganistán y más tarde la guerra con Iraq. Esta nueva información apunta también a la posibilidad cada vez más patente de que los ataques del 9-11 fueron orquestados como una maniobra política para echar a andar el aparato militar de Estados Unidos cuyo fin fue siempre invadir Iraq para tomar control de esta zona clave del Medio Oriente.

El 30 de enero del 2001 los directores de agencia del gobierno de Bush se reunieron por primera vez para discutir el Medio Oriente, la intención del presidente Bush de desvincularse del proceso de paz entre Israel y “Cómo Iraq está desestabilizando la región”. Bush ordenó al secretario de Defensa Donald Rumsfeld examinar la acción militar contra Iraq y al director de la CIA George Tenet reforzar la interliegncia en ese país.

Los documentos del Archivo de Seguridad Nacional muestran que el Secretario del Tesoro Paul O’Neill y el coordinador de antiterrorismo Richard Blarke destacaron la intención de confrontar a Iraq, una meta consistente con el hecho de que Rumsfeld contratara a Paul Wolfowitz y a Douglas Feith, conocidos por su belicosidad.

En septiembre de 2000 el think thank Project for a New American Century, había redactado un documento firmado por Rumsfeld, Cheney, y Wolfowitz sobre la necesidad de tomar control de Medio Oriente sin importar si Hussein estaba en el poder, este documento, además, enfatiza que los cambios que se buscan para afianzar el liderazgo de Estados Unidos en el mundo se verían retrasados sin un “nuevo Pearl Harbor”, de forma tremendamente sospechosa ante los acontecimientos del 11 de septiembre.

En noviembre 27 un memo de Rumsfeld enlista cómo manejar la invasión de escala masiva a Iraq. Apenas en octubre 7 Estados Unidos había invadido Afganistán. Invadiría a Iraq en marzo del 2003, supuestamente porque Sadam tenía cabezas nucleares y bajo el discurso de que Iraq había apoyado a los terrorista de Al Qaeda

Un memo de diciembre del 2001 revela que el gobierno consultó asesores dentro de la iglesia católica para justificar la guerra bajo la idea “de demostrar que acción preventiva contra Iraq encaja en la tradición de una guerra justa".

El golpe final lo da la misma Agencia de Seguridad Nacional, que escribe:

“Hasta este punto, el peso de la evidencia soporta una observación hecha en abril del 2002 por miembros del grupo secreto de operaciones en Iraq – el ‘cambio de regimen’ en Iraq ya era parte de la agenda de Bush cuando tomó el poder en enero del 2001. Septiembre 11 no fue la motivación detrás de la invasión de Estados Unidos a Iraq, fue la distracción”.

Cada vez se transaprenta más una poderosa conspiración –más allá de que esta palabra sea una especie de tabú- al interior del gobierno de Estados Unidos para invadir a Iraq usando diferentes estratagemas de propaganda para lograr convencer a su país y asegurar la acción militar que redituaría en enormes beneficios económicos para una elite, lo que se ejemplifica en los contratos a grupos como el Carlyle y Halliburton, estrechamente relacionados con Bush y Cheney . Actualmente es difícil no darse cuenta de que vivimos inmersos en una manipulación global, donde el conclave político-financiero juega con el mundo a voluntad y no se preocupa demasiado de encubrirse. ¿Ante las pruebas, seguirán diciendo que todo se trata de una teoría de la conspiración?

Vía Crooks and Liars