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El antidepresivo en aguas británicas contaminadas hace que los camarones busquen la luz y se vuelvan vulnerables a sus depredadores.

La famosa pastilla feliz que revolucionó a los antidepresivos podría estar haciendo demasiado confiados a los camarones que nada en las costas contaminadas de Prozac. La fluxotenina encontrada en las aguas británicas cerca de fábricas al parecer hace que los camarones (o gambas) se vuelvan más vulnerables a convertirse en alimento de otros peces y de aves.

Los investigadores de la Universidad de Portsmouth creen que el Prozac está alterando la química cerbral de estos crustaceos, donde en la personas se levanta el estado de ánimo modificando la producción de serotonina, en los camarones, metáfora materializada, los hace salir de sus escondite hacia la luz.

El biólogo marino Alex Ford dijo: "Los crustaceos son claves en la cadena alimenticia y si el comportamiento natural de los camarones está cambiando por el nivel de antidepresivo en el mar esto podría afectar el balance natural del ecosistema".

Otros animales podrían estar en riesgo con más de 26 millones de prescripciones de antidepresivos al año en Inglaterra y Gales solamente. El Dr. Ford añadió: "Existe una amplia gama de antidepresivos en el mercado y tal vez a bajos niveles de concentración no tienen efectos. Pero una vez que están en un gran sopa se podrían conjuntar para tener un efecto".

Estudios recientes muestran que la cafeína sobrevive a los tratamientos de las cloacas y llega a los mares y ríos. Algunas hormonas de los contracépticos HRT y Pill han sido culpados de feminizar algunos peces haciendo que los machos produzan huevos. En cierta forma los animales del mar toman todas las drogas excretadas de nuestros pueblos y ciudades.

Vía Daily Mail