Personas creativas (sanas) y esquizfrénicos son similares en el cerebro
Salud
Por: Luis Alberto Hara - 06/03/2010
Por: Luis Alberto Hara - 06/03/2010
Ya lo decía Terence Mckenna: los chamanes son esquizofrénicos no reprimidos y, en este sentido, algunos esquizofrénicos podrían ser chamanes si no fueran reprimidos por la sociedad y atacados por una serie de químicos. Los chamanes, como la gente creativa, nadan en el mismo mar brillante que los esquizofrénicos, pero cuentan con las herramientas y la tranquilidad para surfear esas olas gigantes.
Un estudio muestra que los sistemas dopamínicos de los esquizofrénicos como de la gente sana, altamente creativa, son muy similares. La dopamina, junto con la serotonina, es un neurotransmisor clave al funcionamiento cerebral.
"Hemos estudiado los receptores de dopamina D2 y hemos encontrado que el sistema de dopamina de la gente sana y altamente creativa es similar al encontrado en gente con esquizofrenia", dice Federik Ullen, profesor del Instituto Karolinska en Estocolmo.
Ambos grupos carecen de importantes receptores usados para filtrar el pensamiento directo. Puede ser que este proceso desinhibido permita que la gente creativa logre pensar "fuera de la caja". También ambos perciben la realidad de una forma fragmentada (aunque en algunas personas esto lleva a la enfermedad mental). Los investigadores creen que no existe una división clara entre esquizofrénicos y gente altamente creativa, solo algunos desarollan características psicóticas pero sin los síntomas negativos.
Existen casos famosos, como el de el pintor Vincent Van Gogh, que rayan entre la genialidad y la locura, una línea que no está fija, como en el matemático John Nash.
Otro estudio anterior ha ligado a la creatividad con el número de parejas sexuales, algo que podría explicar por qué la esquizofrenia tiene una utilidad evolutiva. Personas que mostraron evidencia de tener "experiencias inusuales" y una "disconformidad compulsiva" resultaron tener más parejas sexuales que sus iguales.
Al respecto el psicólogo Gary Fitzgibbon dice: "La creatividad tiene que ver con no estar restringido por las reglas o aceptar las restricciones que la sociedad impone. Claro que entre más una persona rompe las reglas, es más probable que se le perciba como 'mentalmente enfermo'".
Algo que refuerza la teoría de Mckenna y de este estudio de cómo la diferencia entre un esquizofrénico y un chamán o un genio es solamente una convención social, o acaso una capacidad de explicar lo que le sucede.
Mckenna señala que en el caso de los chamanes, posiblemente los primeros "sacerdotes" en la historia de la humanidad, estos, al acceder dentro de su rapto visionario a la información de la biomatriz del planeta, también cruzan la línea de la sanidad, llegando a lo que se considera un estado de locura clínica. Sin embargo, protegidos por el círculo mítico de su comunidad, logran asimilar estas visiones en las que extralimitan la conciencia ordinaria, aventurándose a una dimensión en la que se funden el sueño y la vigilia, la divinidad y la locura, y regresan a la comunidad y traducen la información simbólica en una serie de prácticas y técnicas para habitar el mundo de forma armónica y "conectada" con el misterio.