Realidad desbordada: le falta espacio al Museo de las Drogas de la Ciudad de México
Buena Vida
Por: Luis Alberto Hara - 01/16/2010
Por: Luis Alberto Hara - 01/16/2010
El Museo de las Drogas de la Ciudad de México ya no tiene espacio suficiente para acomodar la parafernalia y memorabilia alrededor de la drogas, la cual, en estos tiempos de narcocultura exponencial, podría llenar otro recinto, o como se dice pop-ulular-mente, un Estadio Azteca.
Este museo, situado en el complejo militar Sedena, sólo permite acceso a funcionarios, militares y en ocasiones especiales a algunos periodistas (como en este caso al Washington Post). "La idea detrás del museo", dijo su curador, el capitán Claudio Montane "es mostrar la historia de las drogas, los varios métodos de los narcos, nuestras operaciones y decomisos, así como su modo de vida y el fenómeno social de la narcocultura".
Al parecer este es el máximo fomento a la cultura que se le puede reconocer a Felipe Calderón, un narcoboom: pistolas y cuernos de chivo con incrustaciones de piedras preciosas, un sincretismo religioso que funde a la diosa madre con Malverde y otras narcodivinidades envueltas en zarapes de neón y motivos corporativos de cerveza, tequila o la ubicua Coca (Cola), así como el clásico McDonalds de marihuana.
El capitán Montane se preocupa de que el espacio asignado al museo no da abasto a la cantidad de material de contrabando que quisiera mostrar, las joyas bizarras de la guerra y la idolatría de la droga como ascensor.
Montane dice orgulloso al reportero del Washington Post que en los últimos 3 años las fuerzas mexicanas han confiscado 443 aviones, 14,622 vehículos, 43,118 armas, incluyendo bazukas y lanzagranadas, así como $113,990,520 dólares en efectivo.