*Imagen satelital del festival / Google Earth
El festival Burning Man es un evento anual que se organiza en el desierto Black Rock de Nevada, y que resulta en una especie de laboratorio psicosocial de la formación de una comunidad o mejor dicho de una “comunitariedad” dinámica. Las premisas son la auto-expresividad, la independencia del individuo, y la liberación del ser a través del arte y del desenfado.
A la última edición del Burning Man, el evento se lleva a acabo desde 1986, acudieron más de 50,000 personas ansiosas de expresarse y liberar su rutina cotidiana, sus pilares culturales más tradicionales, y cualquier rasgo de la monotonía que empapa el estilo de vida de las sociedades contemporáneas.
Este experimento socio artístico resulta en algunas prácticas ejemplares para los habitantes de ciudades alrededor del mundo. De alguna manera son recordatorios orgánicos, cuasitribales, de que nuestra aparente “sofisticación” será pronto prácticamente insostenible, y de que nos hemos alejado de aquella armonía que nos permitía mantener un equilibrio con la naturaleza exterior, pero sobretodo con el ser interior.
La revista Time, prueba de que este festival ya es sin duda parte del alter mainstream, propuso 5 lecciones que “la ciudad puede aprender del Burning Man”: Deshagámonos de los coches La práctica del automóvil, además de la gran contaminación que implica cuando se le multiplica por cientos de miles o incluso millones de unidades, fomenta el individualismo, y un relativo aislamiento del “resto del entorno” (como si todos no fuéramos uno mismo).
Promovamos la independencia del individuo Las sociedades contemporáneas han caído en prácticas que fomentan la dependencia casi total del individuo frente a las instituciones, organizaciones, y servicios artificiales, como si el ser humano no estuviese diseñado para sobrevivir, y existir con plenitud, sin necesidad de estos agentes superfluos.
Replanteemos el comercio El actual sistema de comercio, y en general el escenario financiero, resulta en un paraíso para valores tan pulcros y necesarios para la evolución humana como la voracidad, la ambición desmedida, el egoísmo, y la desmedida acumulación de bienes. Es fundamental para el desarrollo de la sociedad reconfigurar este sistema tomando en cuenta características más orgánicas, justas, equitativas, comunitarias, y en síntesis, que se encuentren en sintonía con el orden natural del universo.
Adoptemos la virtud por sobre la vergüenza Recordemos nuestras raíces y concientizemos la importancia de valores como la amistad, la esperanza, y el compartir, por encima de los recientes pilares de la cosmogonía humana: la vergüenza, el miedo, y la mezquindad.
Fomentemos el arte El arte como una hebra de divinidad al alcance de todo ser humano. Como el motor de algunas de las cualidades más puras de toda persona: la creatividad y el desarrollo de la imaginación sensible. El arte como el medio para ejercer la más preciada de las cualidades humanas, como mecanismo de sanación y estimulante de la lucidez integral.
Via Arte Callejero