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Crecer con Internet (surfear las olas digitales en pijama) transforma las improntas cerebrales y llega a invertir los papeles: son los millones de ojos de los usuarios los que vigilan al Gran Hermano

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Aparece una pregunta en Yahoo! Answers bajo el seudónimo de Ket Atreides: "¿Está bien operar una biblioteca clandestina en el locker de mi escuela?".

La pregunta la hace una anónima chica que es alumna de una escuela religiosa y privada en donde la dirección había entregado a los estudiantes una lista de libros "prohibidos" que no se podían leer bajo ningún pretexto, entre los que se encuentran La Divina Comedia de Dante, El Paraíso Perdido de Milton, La Guía del Autoestopista Galáctico de Adams, la Entrevista con el Vampiro de Rice, entre muchos otros libros.

Resulta que a esta joven emuladora de Guy Montag pensó que esos libros no tenían nada de malo por lo que optó por llevar a la escuela su copia de El Guardián en el Centeno (también prohibida y que tiene cierta fama oscura por ser la obra que David Chapman había leído de manera obsesiva antes de asesinar a John Lennon) en un alarde de rebeldía.

Uno de sus compañeros vio el libro y se lo pidió prestado; esto desencadenó la idea de llevar más libros a la escuela para así distribuirlos entre sus condiscípulos, siempre de manera clandestina, al grado de juntar una pequeña biblioteca de más de 60 libros la cual se maneja como una biblioteca real: los usuarios tienen un registro, firmar tarjetas de préstamo y deben cumplir con los plazos de entrega.

La pregunta en el sitio de Yahoo! de inmediato atrajo la atención; la respuesta sobre el aspecto moral del asunto pasó a un segundo plano ya que la gran cantidad de participantes en el tema se mostraron impresionados por el valor de Ket así como su respuesta creativa a una imposición por parte de la escuela. Todos acordaron que la prohibición de leer determinados libros es un atentado contra los derechos de los estudiantes de esa escuela.

¿Por qué nadie escribió algo como: "deberías de seguir las reglas de tu escuela"?

Tal vez la razón es que la mayoría de los usuarios "nativos" de Internet (los que han vivido con la omnipresente red prácticamente toda la vida) ya se acostumbraron a que es un medio libérrimo; las ideas de prohibición, censura y ocultamiento son auténticos anatemas para una generación que parece empeñada en hablar, y hacerlo de manera muy fuerte, utilizando una de las herramientas más poderosas con las que haya contado la humanidad.

Basta que el gobierno francés pase una ley para limitar las descargas P2P, que un régimen centroamericano arreste a un twittero o que el IFE pida el retiro de un video en YouTube que "denigra" a un gobernador para que ocurra, casi de manera inmediata, una newtoniana reacción en sentido contrario muchas veces bastante más poderosa.

Y es que la red está generando una conciencia global que, sin importar lengua o entorno social, transforma en suya cualquier causa en la que una entidad "oficial" trate de transgredir o limitar las libertades de expresión del más pequeño cibernauta.

Algunos gobiernos están tratando de manera activa crear una reglamentación para Internet ya que no les conviene "tanta" libertad, sin embargo esos intentos parecen condenados al fracaso. Cada vez son más los usuarios que exigen la total libertad que otorga la red.

Es la misma razón por la que los gobiernos totalitarios controlan la entrada de su gente a la red. Gracias a ésta el poder de los ciber-ciudadanos se ha incrementado y ha transformado a cada uno de éstos en la antítesis de la pesadilla orwelliana: cada persona es un blogger, un fotógrafo, un camarógrafo de video en potencia, un Little Brother que está vigilando de manera constante a su hermano mayor y que no dudará en arrojar en su contra todos los recursos de un monstruo que tiene millones de ojos y millones de oídos así como millones de sitios para manifestarse pero, sobre todo, tiene una irreductible libertad.

Como moraleja podremos decir que, según Kat Atreides, en su muy conservadora escuela cada vez son más los jóvenes que prefieren leer uno de los libros prohibidos que realizar otra actividad como ver la televisión.

Armando Reygadas / Colaborador PS

Blog del autor: Reseñando Más Información: El Nuevo Socialismo: Internet y la Sociedad Colectivista(Wired)