Liu Cixin se ha convertido en el nuevo shifu de la ciencia ficción, relevando a todos sus maestros occidentales. Un gigante asiático como su país de nacimiento, su narrativa ha recibido incansables elogios por el realismo de sus personajes que son parte, sin embargo, de contextos que taparían la boca a más de uno. Liu ofrece lo increíble, situaciones que elevadan el intelecto del corazón, pero también bastante exactas en sus premisas teóricas, tecnológicas y, sobre todo, matemáticas.
El autor ha sido sumamente elogiado por su novela de 2006 El problema de los tres cuerpos, primero publicada por entregas para el público chino en la revista Science Fiction World. Su súbito éxito solo aumentaría dos años después con su presentación en formato libro, la novela del género más leída en la historia de la nación roja. Sus secuelas, El bosque oscuro y El final de la muerte, esta apenas salida de la imaginación, integran la trilogía El recuerdo del pasado de la Tierra, mejor conocida como Trilogía de los tres cuerpos.
La primera publicación en inglés de la novela original tiene un poco más de una década y terminó en las manos de la editorial neoyorkina Tor Books. Ahora finalmente llegará este jueves 21 de marzo a la plataforma de Netflix 3-Body Problem, y, si acompaña el público, se completará en futuras temporadas la trilogía de Liu. La adaptación genera entusiasmo y sospechas por estar a cargo de David Benioff y DB Weiss, los responsables de llevar a la cadena HBO los libros de la saga Game of Thrones de George R. R. Martin, serie aclamada universalmente, pero que defraudó en su temporada final. Asimismo, el guión de esta versión de ocho episodios de El problema de los tres cuerpos tendrá la traza de Alexander Woo, uno de los creadores de The Terror para AMC.
Pero, a todo esto, ¿de qué trata la historia de este autor que leía a Julio Verne a escondidas debido a la censura del Partido Comunista?
El título de la primera novela y del lore general de Liu hace referencia a un problema de determinación del campo de la mecánica orbital, acerca de posiciones y velocidades de tres cuerpos astronómicos de la masa que se quiera, sometidos a una atracción gravitacional mutua. Algo trabajado desde hace siglos por matemáticos como Henri Poincaré. El problema de los tres cuerpos incluye a nuestro sistema Sol-Tierra-Luna. Liu encontró en esto una metáfora para su literatura sobre el encuentro de la humanidad con una extraña raza alienígena conocida como los “trisolarans”, los tres soles.
Esto también representa la experiencia biográfica del novelista como una sombra de la Revolución Cultural, un momento de aislamiento de su país tanto de Occidente como de la Unión de Repúblicas Soviéticas. La posición y la velocidad de lo diferente en el horizonte de la expectativa, la curiosidad y el miedo. La trama de El problema de los tres cuerpos entrelaza también tres épocas: la China de Mao de los años 1970, la evolución comercial y tecnológica roja que llegó a mediados de la década del 2000, y un mundo distante futurista. Liu habla de resonancias de los dilemas morales y existenciales humanos en distintos momentos de distancia y encuentro. Desde su punto de vista:
La China contemporánea es una sociedad compleja en transición. Los tipos de cambios tecnológicos y sociales que las sociedades de los siglos occidentales tardaron en atravesar a veces han sido experimentados por apenas dos generaciones en China”, afirma. “La ansiedad de perder el equilibrio, de ser desgarrado por piezas que se mueven demasiado rápido o demasiado lento, se siente en todas partes. Mientras empresarios, investigadores y megacorporaciones en Beijing y Shanghai están superando los límites de la tecnología avanzada... a un ritmo a veces muy por delante del de Occidente, a sólo unos cientos de kilómetros de distancia, los niños abandonados en aldeas rurales por padres que se han ido a las grandes ciudades en busca de trabajos mal pagados crecen sobre suelos de cemento desnudo, sin juguetes, sin libros, sin nutrición básica, sin siquiera el apoyo de familias extendidas tradicionales y creencias populares que se desmoronan.
Sin duda, la adaptación de Netflix será inevitablemente comparada con otras adaptaciones de la novela realizadas en la República Popular China, en primer lugar, la serie de acción en vivo Three-Body, compuesta por 30 episodios (disponibles en YouTube) y, en segundo, una propuesta en animación del estudio YHKT Entertainment disponible en la plataforma china Bilibili.
Como shifu de la ciencia ficción, Liu nos advierte que ver a China como una distopía o un caldero de misticismo oriental puede llevar a malos entendidos sobre las características de las historias del género escritas por chinos. Quizá el verdadero tema de su propio trabajo y en común con los otros autores de su país sería el "desequilibrio”, la confrontación entre nuestras sensaciones de seguridad y lo extraño, la intimidad o el fuero interior y el conocimiento, el desarrollo ordenado y el deseo poderoso de una salida.
Palabras claras de un escritor a quien no podría ser mejor representante de esta manera de hacer literatura, a nivel local e internacional. Solo por eso, ya vale la pena buscar la nueva serie de Netflix.