Según relatan los tibetanos (y como ha corroborado el profesor Jim Tucker), las memorias de vidas pasadas suelen presentarse entre los niños en sus primeros años de infancia. Quizá un caso similar ha llegado a los medios masivos recientemente con Max Alexander, pequeño maestro del haute couture que ha causado revuelo no sólo por su talento, sino porque asegura que este sería el resultado de una reencarnación.
Alexander tiene 7 años y ha cobrado cierta fama por su sus habilidades diseñando ropa. Pero más aún, por sostener que él es Gucci, y no de manera metafórica sino literalmente: el niño afirma y cree que en una vida pasada fue Guccio Gucci, el legendario fundador de la casa italiana de moda que bautizó con su apellido.
Alexander tiene el sueño de convertirse en un exitoso diseñador (algo que en cierta forma ya ha logrado) y volverse el diseñador principal de Gucci, lo cual sería para él como volver a casa. Según dice, su trabajo está inspirado por la pasión de un nacimiento previo.
Durante la pandemia, un día, sin mayor aviso, el joven Max Alexander le dijo a su mamá: "Necesito un maniquí". Ella no tenía idea de los talentos de alta costura del pequeño Max, pero el niño hizo su petición de manera tan ser seria que ella no pudo negársela. De esta manera, el joven mostró que a su edad ya sabía diseñar y confeccionar vestidos.
A Max no le interesa ponerse los vestidos; su misión es muy clara: simplemente quiere que las mujeres luzcan hermosas con su ropa. Al momento, la ropa de su autoría ya se vende en línea, e incluso la actriz Sharon Stone ya adquirió uno de sus vestidos.
Es posible que nadie dude del talento de Max pero, por otro lado, algunos quizá duden de que el joven sea realmente la reencarnación de Gucci. No puede descartarse tampoco que esa historia de las vidas pasadas sea un truco publicitario para llamar la atención. Pero quizá debamos tener una mente más abierta y considerar, como miles de millones de personas en el mundo, que la reencarnación no es un fenómeno extraño ni mucho menos, especialmente en culturas donde el paradigma materialista de la realidad no es en modo alguno el modo dominante de pensamiento.