En la fascinación con las “obras” de la inteligencia artificial que se vive actualmente, cada día surgen nuevos ejemplos que parecieran diseñados para alimentar la admiración de los entusiastas por esta tecnología o la aversión de sus detractores y sus críticos.
Una de las razones por las que los desarrollos de inteligencia artificial más recientes han generado una sorpresa generalizada es por el grado de complejidad o sofisticación al que han llegado los resultados que ofrecen. Imágenes con “toque artístico”, textos que parecen rivalizar con disertaciones que podrían crear seres humanos con un grado medio de formación académica e incluso, para detrimento de nuestra civilización, falsas imágenes pornográficas.
Ahora una nueva producción se suma a esta lista de “creaciones” o réplicas, mejor dicho (con evocaciones de los Replicantes imaginados por Philip K. Dick). Se trata de un show de comedia en el estilo de sitcom que, además, tiene como base una de las creaciones emblemáticas del género: Seinfeld, la legendaria emisión de los años noventa creada (esta sí) por Jerry Seinfeld y Larry David.
La emisión recreada por la inteligencia artificial se transmite ininterrumpidamente en la plataforma Twitch y lleva por nombre Nothing, Forever, lo cual puede traducirse como Nada, para siempre, una alusión a la idea ampliamente extendida de que Seinfeld fue un show “sobre nada” o en el que “no pasaba nada”. Esta idea fue retomada y alimentada por la propia emisión en algunos de sus episodios, aunque rebatida fuera de cámara por Jerry Seinfeld.
Nothing, Forever comenzó a transmitirse en diciembre de 2022, pero resurgió en el interés a inicios de 2023, como parte de la curiosidad generalizada respecto a la inteligencia artificial suscitada, sobre todo, por las apps de generación de imágenes y por el bot conversacional ChatGPT.
Y si bien por el momento su estilo visual es un tanto tosco, al igual que, por supuesto, su sentido del humor (del cual puede suponerse todavía que es una habilidad eminente y exclusivamente humana: ¿quién, además de los seres humanos, puede reír por un chiste?), la sola existencia del show hace pensar en los alcances o límites de esta nueva fase de las tecnologías basadas en algoritmos y programación.
Alguna vez se imaginó, casi como una aberración, que llegaría el momento en que serían las máquinas las que producirían máquinas, en una especie de procreación absurda y acaso infinita de materia inerte engendrando más materia inerte. Hoy que esa fantasía está más que superada y ese tipo de procesos forman parte de la realidad humana cotidiana, en esta pesadilla pareciera que el próximo escalafón será de máquinas que consuman contenido creado por otras máquinas, acaso mezcladas con uno que otro humano, un público ya indiferenciado y quizá con la única característica común de estar correctamente programado para sintonizar un programa en su debido tiempo, reír cuando debe reír, aplaudir en el instante adecuado e irse a continuar sus tareas asignadas cuando el show haya terminado.