Este fin de semana, que en México fue puente largo con motivo del Aniversario de la Revolución mexicana, una mujer que visitaba la zona arqueológica maya de Chichen Itzá, en Yucatán, protagonizó un incidente que puso incluso en riesgo su integridad física al subir la pirámide conocida como de Kukulcán y también como “El Castillo”, aun cuando el ascenso está prohibido desde 2008.
La mujer, originaria de Tijuana (Baja California), recibió abucheos y llamadas de atención desde los primeros momentos en que se le vio pisar los escalones de la pirámide, aunque en ningún momento fue detenida y llegó a la cima del edificio, en donde hizo gestos de triunfo y celebración.
Al bajar, la mujer fue de nuevo abucheada, pero ya a ras del suelo recibió una lluvia de objetos por parte de otros visitantes que reprobaron su conducta. De acuerdo con testimonios, algunas personas le arrojaron botellas de plástico, piedras y otros objetos parecidos, al tiempo que gritaban palabras como “¡cárcel!” y “¡sacrificio!” para exigir un castigo pertinente para la mujer.
Una vez que fue detenida y puesta a disposición de la policía local de Tulum, la mujer aseguró que su ascenso a la pirámide se debió a una promesa que le hizo a su ahora difunto esposo, quien supuestamente le pidió llevar sus cenizas al Castillo de Chichen Itzá.
Sin embargo, las autoridades del Instituto Nacional de Arqueología e Historia confirmaron que la mujer no depositó ni arrojó ningún tipo de cenizas en la pirámide, por lo cual es posible que su historia sea una mentira para salir al paso.
A propósito, la Ley Federal sobre Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos, en su artículo 55, prevé una multa de entre cincuenta y cien mil pesos para los infractores tanto de la Ley como de su reglamento, por lo cual es posible que esta mujer enfrente esta sanción.