Alexandra Grant es una artista estadounidense. Su obra explora el lenguaje a través de pinturas, esculturas, video y otros medios audiovisuales. Grant analiza los procesos de la escritura a través de las ideas de las teorías lingüísticas, vinculándolas con las artes visuales.
Grant ha expuesto su trabajo, principalmente instalaciones, en diferentes museos de arte contemporáneo.
En 2009, Grant conoció al actor Keanu Reeves. De este encuentro nació el libro Ode to Happiness, el primer libro de Keanu Reeves como escritor. Más tarde, en 2016, colaboraron por segunda vez. De esta colaboración surgió Shadows, un libro de fotografía. Las fotografías del libro se exhibieron en la ACME Gallery de Los Ángeles.
Alexandra Grant es una de las artistas contemporáneas estadounidenses más relevantes de los últimos 15 años.
A pesar de su gran trayectoria, el nombre de Grant saltó a la palestra pública porque es la actual pareja de Keanu Reeves. A pesar de que son pareja desde 2011, no fue sino hasta 2019 que hicieron “oficial” su relación en una alfombra roja. ¿Oficial ante los ojos de quién? Habría que preguntarse si, por el hecho de ser figuras públicas, sus relaciones más íntimas también tienen que serlo.
Hoy Grant y Reeves vuelven a ser tema de conversación, ya que hicieron otra aparición pública en la alfombra roja de la MOCA Gala, que se llevó a cabo en el Museo Geffen de Arte Contemporáneo de Los Ángeles.
Actualmente existe un fenómeno en el que los aspectos más íntimos de las vidas de las personas son vistos por los demás a través de publicaciones en redes sociales, o si se trata de individuos del medio artístico y “la farándula”, a través de fotos, entrevistas, etc. Esta sobreexposición de los fragmentos de las vidas de las personas es además objeto de las más duras críticas y opiniones.
Parece sorprendente la cantidad de miradas que esta pareja recibe, así como los miles de comentarios emitidos respecto a su relación. Pero lo cierto es que nadie sabe más de su relación que Grant y Reeves, y nadie más tendría por qué conocer los detalles de este vínculo. La relación de Grant y Reeves, o por lo menos ese fragmento que es accesible a la mirada, ha sido objeto de todo tipo de opiniones, desde la desilusión de los fans de Reeves (pues se le considera “el novio del Internet”) hasta la “validación” de su relación. A grandes rasgos, hay una especie de asombro por Grant y lo que ella podría representar. Es una mujer, al igual que Reeves, que valora la privacidad de su vida y su relación amorosa. Además, a diferencia del grueso de las actrices de Hollywood, tiene una belleza “natural”, sin maquillaje exagerado ni cirugías estéticas. Esto último es relevante especialmente en una época en la que la belleza se define a partir de la juventud.
Otra de las opiniones con más peso es aquella que gira en torno a la elección de Reeves. En redes sociales se pueden encontrar comentarios que van desde el cuestionamiento a por qué un hombre como Reeves eligiría a una mujer “vieja”, hasta aquellos que “aprueban” su decisión e incluso la celebran.
Dichos comentarios, aparentemente contrarios, son tan extremos que terminan por converger en un mismo punto: no importan las opiniones contrarias, la vida ajena sigue siendo material para el escrutinio público. La relación de Grant y Reeves no debería tener nada de especial. ¿Cuántas personas no conocemos que han decidido tener una pareja? La elección de estar en una relación de pareja no es una situación extraordinaria, o al menos, no debería serlo.