Hablar del amor jamás va a pasar de moda y, como con todo asunto humano, hay diferentes perspectivas desde las cuales hablar de él. Del amor se habla desde la pintura, la danza, el teatro, todo tipo de literatura, y ni hablar de la cantidad de películas que tienen como punto de partida el amor.
Todos los lugares desde los que se habla y se vive el amor tienen una manera propia de expresar la complejidad que supone este sentimiento, ya sea el amor de pareja o entre la familia y los amigos. En la vida el amor nunca resulta como queremos, tenemos expectativas que pocas veces se cumplen, se nos presentan escenarios que no teníamos contemplados y las decisiones que tomamos siempre tienen consecuencias no previstas o no deseadas.
Pero, ¿qué hay de los videojuegos? ¿Existen videojuegos que tengan como punto de partida el amor o cuya trama gire alrededor de él? Tal vez el primero en el que pensamos sea The Sims, y algún otro en el que el jugador sea quien tiene el control absoluto de su personaje. En este tipo de juegos las relaciones que se establecen con otros personajes/jugadores son bastante lineales y sencillas. Son relaciones en las que hay un intercambio básico y con esto se obtiene un noviazgo o un matrimonio. Y como sabemos, en la vida eso normalmente no sucede; nunca obtenemos ni damos lo que esperamos.
Dos de los videojuegos que muestran un poco mejor la complejidad de las relaciones amorosas son Uncharted 4 y The Witcher. Tomando prestada la descripción que hace Keza MacDonald en su columna para The Guardian, Uncharted 4 tiene una de las mejores historias de amor. Primero entre Nathan Drake y su esposa Elena, pero también entre Nathan y su hermano, y en general sobre el amor a la aventura.
The Witcher es otro gran ejemplo. La relación entre Geralt y Yennefer es un ir y venir, porque Yennefer se aleja de Geralt constantemente. Además, los encuentros sexuales de Geralt nunca evolucionan a relaciones más profundas precisamente por el vínculo tan fuerte que comparte con Yennefer.
Pero para MacDonald, el mejor videojuego que tiene como centro al amor es Queers In Love at the End of the World (Queers enamorados en el fin del mundo). Este juego le plantea a sus jugadores un par de preguntas abrumadoras: ¿qué harías con la persona que amas antes de que el mundo se acabe? ¿Qué le dirías?
Anna Anthropy, su creadora, dice que este juego está dedicado a todas las personas queer que ha amado a lo largo de su vida, no importa durante cuánto tiempo.
Que el amor tenga un lugar predominante en los videojuegos es sin duda importante, pues significa la posibilidad de explorar todo lo que trae ese sentimiento: lo complejo y lo incierto, lo caótico, lo triste, lo emocionante, la novedad, lo inesperado, la felicidad. Pero en el caso de Queers In Love at the End of the World, el amor tiene un lugar de mucho mayor peso, pues no se trata del amor romántico heteronormado. Este juego le da un lugar a la comunidad LGBTQ+ y a las distintas formas de construir amor desde diferentes identidades. Todo ello enmarcado en lo inevitable del fin del mundo, haciendo que las personas se pregunten sobre su capacidad de trascender en medio de un evento devastador.