El DMT, uno de los psicodélicos más poderosos del mundo, conocido por producir espectaculares alucinaciones, podría ser usado como un tratamiento de primera línea para pacientes que sufren un accidente cardiovascular, de acuerdo con una nueva investigación.
Un estudio en ratas mostró que después de sufrir un accidente cardiovascular (conocido comúnmente como "derrame cerebral"), una dosis de DMT redujo el estrés celular y mejoró el tiempo de recuperación. En el experimento se encontraron efectos neuroprotectores importantes. Además, las ratas que recibieron la dosis de DMT recuperaron sus funciones motrices antes que el grupo de control. Esta investigación fue dirigida por el Dr. Rick Strassman, pionero en el estudio del DMT y conocido por otorgar a dicha sustancia el sobrenombre de "la molécula del espíritu".
Otros estudios realizados en tiempos recientes (que son parte del renacimiento de la medicina psicodélica) sugieren que el DMT puede ayudar a que las células se mantengan vivas cuando se ha cortado su fuente de oxígeno. Otro estudió mostró que el DMT ayuda a promover la neurogénesis y la neuroplasticidad. Esto ha llevado al Dr. Strassman a creer que el DMT podría ser una medicina ideal para tratar accidentes cardiovasculares, ya que en un caso así se necesita neuroplasticidad y protección de hipoxia o falta de oxígeno.
El gran dilema es ver si los efectos que se buscan pueden generarse sin que el DMT produzca las alucinaciones que lo caracterizan. En otras palabras, tendría que usarse sólo una dosis leve, pero aún no se sabe si ello será suficiente. Por eso, las primeras pruebas de la investigación que se prepara estarán orientadas a entender cuál es la dosis más alta que se puede usar sin que haya efectos psicodélicos.
¿Podrá el DMT ser una droga estrella para la recuperación de personas que han sufrido un accidente cardiovascular? De hacerlo, se sumará a una cada vez más larga lista de padecimientos que pueden tratar los psicodélicos, desde la ketamina para la depresión hasta el MDMA para el trauma psicológico. Pronto lo sabremos.