La copa de silicón se comenzó a producir a nivel industrial a partir de la década de 1930. Durante 20 años, las copas menstruales eran fabricadas con materiales diferentes, como caucho vulcanizado y látex. Más recientemente, la copa menstrual ha evolucionado gracias a los nuevos diseños y la resistencia de sus materiales. Hoy los materiales aprobados para fabricarlas son el silicón médico, el látex y el plástico quirúrgico.
El uso de la copa menstrual es cada vez más común y existen cada vez más marcas con muchos tamaños, modelos y colores. La copa menstrual tiene muchas ventajas, no sólo a nivel personal; también es responsable con el medioambiente.
A continuación enlistamos algunas de las ventajas de la copa menstrual.
1. En general las copas menstruales están hechas de silicón médico. Este material es biocompatible, es decir, no daña los tejidos internos del cuerpo y por lo mismo permite que la copa pueda usarse dentro del cuerpo sin que provoque daños. El silicón es hipoalergénico y no es poroso, lo que impide que crezcan bacterias.
2. Debido al silicón médico, la copa menstrual puede estar dentro de la vagina hasta doce horas, a diferencia de las toallas o tampones, que tienen que ser reemplazados cada cuatro a seis horas.
3. Ya que la copa no absorbe la sangre dentro de la vagina sino que la recolecta, esta no entra en contacto con el aire, por lo que no se oxida y no produce malos olores.
4. Las toallas y tampones sólo pueden usarse una vez. La copa menstrual, en cambio, tiene una vida útil de ocho a diez años.
5. Hay copas de diferentes tamaños, tanto en circunferencia como de largo. Las tallas más pequeñas son para mujeres que no han tenido hijos, mientras que las más grandes son para mujeres que han tenido hijos. Asimismo, cada vez hay más modelos que se ajustan a las particularidades del cuerpo femenino, dependiendo del tamaño del cuello cervical y de la cavidad vaginal.
6. A largo plazo, la copa es mucho menos costosa en el marco de los gastos de higiene y salud reproductiva de una mujer. Su precio inicial puede parecer elevado (actualmente en México una copa menstrual cuesta entre $450 y $650), sobre todo si se le compara con el costo de una caja de toallas y tampones ($30-$50), pero, como decíamos en un punto anterior, el plazo amplio de su vida útil compensa dicho gasto. Por lo demás, al respecto vale la pena citar un estudio del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, según el cual una mujer gasta aproximadamente treinta y seis mil pesos mexicanos a lo largo de su vida reproductiva (aproximadamente dos mil dólares).
7. La copa menstrual no contamina igual que toallas y tampones, los cuales tardan aproximadamente trescientos años en degradarse. Además, en el caso de estos, los materiales de los cuales están fabricados generan residuos tóxicos. Por otro lado, debido a que la copa tiene una vida útil de entre ocho y diez años, no genera residuos de las envolturas de plástico, las cajas y los aplicadores. Aunque el silicón no es biodegradable, puede derretirse y usarse para volver a hacer más copas menstruales.
8. En países en los que comprar productos de higiene femenina es muy caro y los productos son escasos, las copas menstruales tienen mucho potencial. Por ejemplo, en algunos países africanos las niñas dejan de ir a la escuela y de participar en actividades sociales durante los días de la menstruación porque no tienen acceso a dichos productos.
9. Los tampones y toallas sanitarias están hechos de algodón, sin embargo, contienen ingredientes químicos que están asociados con el desarrollo de cáncer. Además, contienen otros compuestos tóxicos que se usan para blanquear este material. Muchos de los materiales que se usan en la fabricación de toallas y tampones están asociados con el síndrome del choque tóxico.
10. Los materiales de toallas y tampones son absorbentes, por lo que no sólo absorben el tejido endometrial sino también la humedad vaginal, provocando resequedad. Ya que las copas sólo recogen el fluido y el material no absorbe, ello permite que la humedad natural de la vagina se mantenga, evitando así la aparición de infecciones bacterianas.
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