La creatividad, como varias otras capacidades del cerebro, bien puede compararse a un músculo al menos por una cualidad: el ejercicio hace toda la diferencia. Podemos no hacer nada más allá de nuestra actividad cotidiana con, por ejemplo, nuestros bíceps, y entonces tendremos unos brazos comunes y corrientes; podemos levantar pesas o hacer cierto número de flexiones diariamente y, entonces, nuestros músculos ganarán fuerza y tamaño; o, como en el caso de ciertas circunstancias extraordinarias, podemos no moverlos en muchos días y meses y entonces se atrofiarán y entrarán en un declive del que no será fácil recuperarlos.
Lo mismo con la creatividad. Chuck Jones, el creador de Bugs Bunny y otros famosos personajes de dibujos animados, solía aconsejar a los integrantes de su equipo que leyeran tanto como fuera posible y de todas las materias a las que su curiosidad los llevara. Por eso se explica, en parte, el éxito de dichas caricaturas: si observamos atentamente y con los referentes adecuados para codificarlas, nos daremos cuenta de que personajes, historias y acciones pueden cruzar distintos registros más allá de la mera comedia: hay elementos científicos, literarios, de la Historia y mucho más. Dicho de otra manera, esa también fue su gracia.
En este sentido, una de las formas más efectivas de ejercitar la creatividad es recorrer distintos territorios, trascender la especialización y el encasillamiento y, a cambio, dar rienda suelta al interés, al placer, a la exploración libre.
A manera de propuesta como estímulo creativo, compartimos esta selección de álbumes que encontramos originalmente en el blog del escritor Anthony Alvarado (quien por estos días recién se estrenó con la casa editorial Penguin), la cual retomamos con la traducción de su breve glosa respecto de cada uno. Si tú quieres añadir algo al respecto, cualquier sugerencia que pueda nutrir esta lista será bienvenida. Puedes usar la sección de comentarios de esta nota o encontrarnos en nuestras redes sociales.
Sin más, aquí el top.
Radiohead: Amnesiac
Muchas veces, cuando trabajas en algo, en especial al escribir, la música puede usarse como una especie de marco para encontrar una emoción. Todo Radiohead tiene esa vibra Radiohead. Cuando escribía sobre esquizofrenia, paranoia, trampas y realidades subterráneas, escuchaba Amnesiac obsesivamente.
John Coltrane: A Love Supreme
Primero que nada, esta es simplemente una de las piezas más bellas e inspiradoras jamás grabadas. Además, es instrumental, por lo que si estás escribiendo, no hay palabras, lo cual podría ser una distracción.
Alice Coltrane: Translinear Light
Su música es tan exuberante, tan rica e imaginativa. Perfecta para soñar despierto. Dado que esta lista es de álbumes, escogí uno, pero puedes trabajar con cualquiera de sus discos sonando al fondo e inspirarte.
Beethoven: 9ª sinfonía
Cuando realmente necesitas un shot de sublimidad, esto es lo indicado. Escucharla realmente alto y con audífonos de calidad me llevó a las lágrimas, y estoy seguro de que no soy la primera persona en tener esa experiencia.
Tim Hecker: Ravedeath 1972
No escucho mucho a Tim Hecker: sólo para que lave mis oídos. A veces necesitas ese ruido blanco de fondo para concentrarte, y esto de verdad es ruido y de verdad es blanco.
Darkside: Psychic
Esta grabación es el soundtrack perfecto para seguir hasta tarde en la noche en lo que sea que estés trabajando. Hay letras, pero son vagas, deslavadas. Gran música nocturna para la creatividad.
Pulsos binaurales
No es una grabación, sino algunos tonos en ciertas frecuencias. Algunos pueden ser inductores de trances… algo muy alucinante e interesante. Recién he comenzado a experimentar con ellos, pero vale la pena mencionarlo. Googleálo.
DJ Koze: Amygdala
Creo que la razón por la que estas piezas funcionan tan bien como música creativa de fondo es porque las letras están en alemán, así que no distraen pero estimulan la mente.
The Caretaker: An empty bliss beyond this world
Con un nombre tomado del personaje de Jack Nicholson en El resplandor, esta música es inquietante, suave, nostálgica, y se siente ponderada con la memoria. El tipo tiene un perfil de Bandcamp. Chécalo: thecaretaker.bandcamp.com
Lil Wayne: Tha Carter III
A veces, mientras trabajas, necesitas música ambient que no se interponga en tu camino. Y a veces necesitas una patada que te levante, te haga seguir y te dé energía. Necesitas beats, energía y actitud. Estos tracks te lo dan.
Destroyer: Kaputt
Mellow yacht-rock cantado por un tipo recostado en un sofá, también durante las grabaciones, suena más que relajado. No sé por qué demonios funciona, pero funciona. Uno de los mejores álbumes del último par de años. Y a veces quieres seguir trabajando pero a veces quieres relajarte, ¿no?
Van Morrison: Astral Weeks
Ningún otro álbum captura tan perfectamente la cualidad nebulosa, soñadora y de mañana tierna del lugar al que tenemos que dirigirnos para crear. Hubo un período en mi vida en que escribía un proyecto de largo aliento; en ese entonces, escuchar esto era un ritual matutino de todos los días.
¿Qué te parece la selección de Anthony Alvarado? ¡No olvides dejarnos tu opinión al respecto en los comentarios!
*Gracias a Daniel Aréchiga (cuyo comentario se encuentra en la sección abajo de esta nota), ahora estos álbumes se encuentran reunidos en una playlist colaborativa dentro de la plataforma Spotify, con el objetivo de que además de los mencionados, otros lectores sumen sus propia selección. Más información al respecto, en este enlace.
(Imagen: ilovedoodle)