Este este expedito video de Vox se muestra cómo los viajeros somos víctimas de las políticas de las aerolíneas comerciales en todo el mundo. La forma en la que abordamos los aviones es uno de los rasgos distintivos de nuestra cultura. En su libro Ardor, Roberto Calasso sugiere que en la sociedad secular en la que vivimos ya no existen ritos oficiales; lo más cercano que tenemos son procedimientos, y subirse a los aviones es uno de los procedimientos universales de nuestro mundo. Un procedimiento un tanto absurdo y falto de significado.
Según muestran diversos estudios, la forma en la que se abordan los aviones, generalmente primero los asientos de atrás o los de adelante cuando se jerarquiza por costos de asientos, es ineficaz. Un promedio de 24.7 minutos con personas queriendo acceder a los mismos asientos (el método común), contra sólo 17 minutos cuando se hace al azar y 14 cuando se entra por filas, es decir, primero los que se sientan en las ventanillas, segundo los del asiento de en medio y tercero los de pasillo. En realidad la manera más veloz es formarse desde la sala de espera en el orden en el que los asientos están designados, pero el ser humano parece no estar capacitado para un orden así de estructurado.
De acuerdo con Vox la aerolínea que tiene el índice de mayor velocidad es Southwest, que no asigna lugares. La realidad es que la lentitud en el abordaje obedece a diferentes cargos y estrategias de mercado de las aerolíneas en las que se prioriza la economía y no la prontitud, por lo que parece estar aquí para quedarse. Esta concepción literalmente concibe el tiempo como supeditado al dinero.