La escritura, la imprenta y los libros nos han acompañado en la incansable labor de descifrar el mundo y la naturaleza. Tomar un libro en la mano es contener un objeto sensorial y tangible, algo que no ocurre cuando escroleamos la pantalla.
La biblioteca fue y sigue siendo, desde la era predigital —e incluso mucho antes de la era moderna, un centro de empoderamiento donde se hallan los libros que se han impreso desde hace siglos a la fecha y que guardan memoria de las grandes mentes de la humanidad y de los pensamientos que han superado el paso del tiempo.
“En el principio fue el Verbo, la palabra, y la palabra está con Dios. El Verbo es Dios…” (San Juan dixit). El libro, las ‘sagradas escrituras’, la documentación de la historia, el avance científico y en las artes y la comunicación en la civilización occidental se dan gracias a los libros.
Según Jonathan Glancey, las bibliotecas se han erigido para guardar los preciados manuscritos y montones de celulosa encuadernada en lomos de piel. Después hubo que cuidarlos de la intemperie y los insectos. Aquí presentamos las mejores edificaciones bibliotecarias según la BBC de Londres.
La Tripitaka Koreana, vasta colección de escrituras budistas, siglo XIII. Fotos: Will Pryce/Thames & Hudson
Biblioteca pública de Nueva York
Centro Jacob y Wilhelm Grimm
Biblioteca de la Glasgow School of Art
Biblioteca Nacional de China, de Jürgen Engel, en Beijing
Biblioteca George Peabody de la Johns Hopkins University en Baltimore
Brandenburg Technical University en Cottbus, Alemania
Biblioteca en Berlín
Biblioteca del Trinity College en Dublín
Algunos creían que la era digital exterminaría las bibliotecas. No obstante, aún podemos ver colecciones como la de El Escorial en España o la de Trinity College en Dublín.
The Library: A World History de James W. P. Campbell, con fotografías de Will Pryce, es un libro que documenta 82 bibliotecas en 20 países. Para unos, las bibliotecas son reflector de la producción contemporánea de volúmenes, y escaparate del conocimiento. Para otros son la segunda casa, lugares ‘románticos’ para conocer al ‘amor de la vida’, templos de investigación o sets de películas de detectives y asesinos seriales, todo ello envuelto en el imaginario colectivo en torno a la arquitectura de papel y tinta, sobre las magníficas edificaciones que la resguardan, como la Biblioteca George Peabody en Baltimore o la Biblioteca Nacional de China.