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La reciente encíclica del Papa Francisco a favor de una conciencia ecológica y en contra del materialismo, el capitalismo y las prácticas irresponsables en contra del medio ambiente fue celebrada como un acto progresista que regresaba al Papa a la palestra política, tratando quizás el temas más importante de nuestra época: el cambio climático. Casi hubo un consenso laudatorio en este sentido, pero no fue completa la aprobación. El disentimiento vino por parte de la cadena Fox News, que pertenece al magnate Rupert Murdoch y que está asociada con una visión conservadora que suele negar la existencia del cambio climático.
El conductor del programa The Five, Greg Gutfeld, dijo:
La persona más peligrosa del planeta es alguien que está buscando extrañamente nuevo respeto de sus adversarios --y eso es lo que el Papa está haciendo, no quiere ser ya el abuelo papal, quiere ser un Papa moderno. Todo lo que necesita es unos dreadlocks y un perro y podría estar en Occupy Wall Street.
Gutfeld también habló sobre "el pasado marxista" del Papa y lo acusó de malthusianismo por argumentar que el estado de consumo propio del capitalismo no es sostenible.
Aunque es probable que el Papa esté en cierta forma representando una estrategia política orientada a mejorar la reputación de la Iglesia Católica después de sendos escándalos y para ello haya adoptado una visión más progresiva, permitiéndole participar en discusiones seculares, de cualquier manera Fox News refleja consistentemente un fanatismo común a los fundamentalistas que tanto crítica. Solo como reflexión y como un eco siniestro recordemos una frase de Alan Watts --dicha hace más de 50 años, por lo que se recomienda tomarla con un grano de sal: "El imperio romano nunca cayó. Todavía controla el mundo occidental a través del Vaticano y la mafia". Tal vez, otra forma en la que este "imperio" continúa es a través de las grandes corporaciones como News Corp. (a la que pertenece Fox, y muchos otros medios).
El Papa Francisco escribió en su encíclica:
La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia? Muchas personas experimentan un profundo desequilibrio que las mueve a hacer las cosas a toda velocidad para sentirse ocupadas, en una prisa constante que a su vez las lleva a atropellar todo lo que tienen a su alrededor. Esto tiene un impacto en el modo como se trata al ambiente. Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia "no debe ser fabricada sino descubierta, develada".