Como decíamos, una de las paradojas de esta situación es que esas prácticas laborales abusivas se convierten en productos que llegan a nuestras manos envueltos en un aura de prestigio que disimula ese origen lamentable. Smartphones, tablets, tenis, ropa e incluso el café que se ordena en esas cadenas a donde todo mundo acude para ser visto, son algunos de los objetos en cuyo proceso hay jornadas excesivas de trabajo, salarios míseros, explotación infantil y otras formas por las cuales el margen de ganancia de las grandes marcas se incrementa significativamente.
Para hacer notoria esta realidad, la organización Made in a Free World (MIAFW) lanzó recientemente una campaña que tiene como objetivo el estilo de vida hipster y su relación con dicho mundo de esclavitud tácita. Como sabemos la cultura hipster se caracteriza, entre otras cosas, por cierto cultivo del bienestar individual adaptado a una idea de vanguardia ideológica, por eso eligen comer alimentos orgánicos y también conectarse desde el modelo más reciente de iPhone.
Sin embargo, de acuerdo con MIAFW, esto implica que el estilo de vida de un hipster sea posible gracia al trabajo casi esclavizado de 27 personas en distintas partes del mundo. Aquí el gráfico que resume la información:
Como en otras iniciativas similares, la idea de MIAFW es volver consciente y generar proyectos que combatan esta realidad que afecta a casi 30 millones de personas en todo el mundo, lo cual quizá podría ser distinto si fuéramos capaces de tomar otro tipo de decisiones en nuestra vida cotidiana, especialmente en lo concerniente a nuestros hábitos de consumo.