Si eres fanático del té y lo bebes en saquitos muy probablemente tengas infestada tu basura de cientos de ellos, arrugados y secos, sin ningún otro propósito en esta vida que el cumplido fugazmente en tu taza. Pareciera que su fin sólo es vivir 3 minutos sumergidos en agua, pero no es así. Tal vez no sea bastante adecuado reutilizarlos para hacer un nuevo té; sin embargo, existen otras formas de darles una vida más próspera y duradera a estas deliciosas bolsitas exprimidas. La artista malaya Hong Yi (a.k.a. Red) nos da la excelente idea de reutilizarlos en el mundo del arte. Basta con ver su ultima exposición realizada para el Foro Económico Mundial, en donde cerca de 20 mil saquitos de té retrataron la pintura de un hombre preparando The Tarik (en Malasia, famoso té espumoso parecido al capuchino, que se mezcla tirándolo de un vaso a otro). Red intentó retratar uno de los emblemas de su país natal: las infusiones, específicamente las que se preparan con leche y tienen un aspecto color marrón.
El mural se llevó a cabo con saquitos de té que fueron sumergidos en agua caliente por un período corto de tiempo para que se tiñeran de un castaño claro, y algunos otros remojados por períodos más largos hasta adquirir un café totalmente oscuro e incluso rojizo. El juego de pigmentos logró formar un rompecabezas de tonalidades claro-oscuro que le dio forma a la pintura, y los sacos fueron colgados en una serie de mallas de alambre posadas una frente a otra para reproducir la imagen en 3D. Quizá los diferentes sabores de las infusiones lograron los matices de la pintura, o tal vez Red, además de ser una visionaria de los materiales hogareños, también es una amateur sinestésica en la preparación de una perfecta taza de té, que además de lograr saber delicioso, puede mirarse igualmente asombrosa.