El "sistema" es una abstracción compleja. Se refiere a un conjunto de pautas y normas que definen los límites de una realidad construida a partir de agendas culturales, financieras y políticas. Estar dentro del sistema implica, por ejemplo, pagar impuestos, depender de una autoridad central, llámese gobierno, para recibir servicios como electricidad o agua, participar activamente en las dinámicas de mercado y consumir los mensajes mediáticos para moldear tu identidad social, entre muchas otras acepciones.
La mayoría de la población, vale la pena decirlo, ni siquiera se sabe inserta en este engranaje que, tras analizarlo un poco a conciencia, tiene más de un aspecto cuestionable. Otro sector reniega del sistema, lo cuestiona y denuncia sus múltiples vicios, pero a fin de cuentas forma parte de él, y se rige, en mayor o menor medida, de acuerdo a sus premisas. Finalmente existe otro grupo, notablemente reducido, que por diversas razones ha logrado construir una vida que bien podría calificarse como "fuera" del sistema.
Precisamente un ejemplo de este último modus vivendi es el que documentaron Phillip Vannini y Jonathan Taggert visitando una comunidad en la Isla Lasqueti, en la Columbia Británica de Canadá, y luego recorriendo más de 100 mil kilómetros de territorio canadiense en busca de otros "off-griders". El material que resultó de esta épica travesía terminaría dando vida a un documental y a un libro, pero además dejó en los dos creadores indelebles lecciones, las cuales fueron compartidas en un artículo que publicó Alternet, y que aquí retomamos parcialmente:
El hogar – lejos de la automatización de los nuevos hogares "inteligentes", en el caso de aquellos que viven fuera del sistema su entorno hogareño es lo contrario, es decir, requiere de un cuidado paciente y un mantenimiento manual.
La simplicidad – el simplificar voluntariamente tu estilo de vida es un axioma dentro de este credo, pero ello no lo exime de dificultades, las cuales te requerirán abandonar tus pretensiones y vivir genuinamente.
Son como nosotros – por más épico o culturalmente espectacular que parezca el salirte del sistema, lo cierto es que a fin de cuentas las personas que tomaron tal decisión son como cualquier otra, seres humanos con virtudes, defectos, dilemas, etcétera.
Entornos urbanos – aunque la gran mayoría de "off-griders" viven en entornos rurales, incluso salvajes, también hay casos de personas que habitando una pequeña porción de tierra justo en medio de una gran ciudad, podrían calificar como tal.
Recordando habilidades – esta forma de vida te obligará a recordar algunas olvidadas o ya abandonadas, pero también te estimulará el desarrollo de nuevas habilidades cognitivas, físicas y experienciales. De hecho, buena parte de los retos que florecerán en este camino te requerirán habilidades generalmente "muertas" en la cotidianidad convencional.
Un vistazo a la vida de estas personas (aprovechamos para recomendarte este fotorreportaje) no sólo resulta interesante e inspirador; también, y más allá de cuál sea tu proyecto de vida, puede actuar como un gran recordatorio para revaluar o considerar medidas específicas dentro de tu propio estilo de vida. No tienes que volcarte por completo fuera de la "Matrix" para implementar una existencia más autónoma, digna, responsable y sustentable. En realidad no se trata de negros o blancos, sino de una preciosa gama de grises que son siempre perfeccionables.