¿Alguna vez te has percatado de que el reflejo de la Luna en el agua se ve en forma de camino? Hay una palabra para ello: mȧngata. También hay una palabra para esa peculiar comezón que se instala en el labio superior cuando uno está a punto de beber un trago de whisky: sgrìob. Y quizá, ya entrados en esto, hay una palabra para cada una de esas cosas que no sabemos que sabemos hasta que las nombramos. Porque el lenguaje también nos da eso: nos trae a la superficie, y a la punta de la lengua, todo eso que sólo experimentamos compleja y perceptivamente.
El nuevo libro de Ella Frances Sanders, apropiadamente titulado Lost in Translation, transcribe e ilustra algunas de las palabras más estupendas de los distintos idiomas del mundo. Aquí hay algunas de nuestras favoritas.