Thom Yorke da dedo medio a la industria discográfica con el estreno de "Tomorrow's Modern Boxes"

Para algunos románticos la música, y sus autores, tienen una especie de compromiso sociocultural a favor de la rebelión evolutiva. Ya sea a través de la denuncia, la provocación o de un proactivo antagonismo, históricamente los músicos, en particular aquellos asociados al rock (aunque no de forma exclusiva), han fungido como catalizadores de energía social. Más allá de la rebeldía como un estilo de vida preprogramado, existen figuras que con inteligencia han sabido incomodar los modelos rectores en favor de una transformación potencialmente benéfica –o por lo menos experimental.

Actualmente pareciera que buena parte de ese espíritu, tal vez idílico, de la música como un agente de cambio, se ha diluido gracias a factores como frivolidad, comodidad o simple ignorancia. El problema es que mientras los rockeros de hoy presentan sus "propuestas" musicales en el "Escenario Pepsi" o en festivales auspiciados por corporaciones cerveceras frente a una juventud brandeada, la sociedad extraña, quizá sin saberlo, figuras que ostenten poder mediático sin necesariamente haber canjeado, previamente, sus valores personales por un contrato.

Y es precisamente en este contexto en el cual Thom Yorke anuncia, sorpresivamente, su nuevo álbum, Tomorrow's Modern Boxes. En sintonía con esa estirpe de músicos pensantes, Yorke y el resto de los Radiohead han demostrado una genuina preocupación por el modelo de distribución de música en la era digital. Si bien es un tema complejo, con ingredientes como la propiedad intelectual, la retribución del creador, la intermediación de actores de la industria, la piratería, los nuevos formatos, etc., lo cierto es que el esquema tradicional resulta evidentemente deficiente. ¿Y quién mejor para hacerse cargo de intentar hackear este problema que los propios creadores –aquellos que se supone son los principales afectados frente a prácticas como el file sharing masivo y otros?

Ocho años después de Eraser (2006), Yorke estrena su segundo álbum como solista. El evento, además de ser celebrado por millones de seguidores, presumió de un carácter disruptivo luego de que se anunciará un peculiar esquema de distribución: se descarga directamente desde BitTorrent (el más famosos protocolo p2p de la actualidad) mediante el pago de módicos $6 dólares. El punto es que, más allá de la innovadora ruta que eligió el autor para distribuir su álbum, con esto se evita el involucramiento de intermediarios y se construye un vínculo económico directo entre el artista y su audiencia: es decir, si el experimento funciona, entonces el creador estará recibiendo más por su obra mientras que el público estará desembolsando la mitad o menos de lo que le cuesta adquirir un álbum vía uno de los grandes sellos discográficos.    

El estreno de Tomorrow's Modern Boxes se acompañó de un comunicado en el que Yorke y su colaborador de Atoms for Peace, Nigel Godrich, explican sus intenciones:

Como parte de un experimento estamos utilizando una nueva versión de BitTorrent para distribuir el nuevo álbum de Thom Yorke. Los nuevos archivos de Torrent incluyen una modalidad en la que tienes que pagar para acceder a la serie de archivos. Estos pueden ser cualquier cosa, pero en este caso es un álbum. Es un experimento para constatar si la mecánica del sistema es algo que el público puede sortear. Si funciona bien podría ser una manera efectiva de regresar el control del comercio por internet a la gente que está creando las obras. Esto permitiría que esas personas que están haciendo música, video o cualquier otro contenido digital lo puedan vender ellos mismos. Así eludirían a los cancerberos auto-designados. Si funciona entonces todos podrán hacer exactamente lo que nosotros hemos hecho. El machismo de los torrents no requiere de un servidor, costos de alojamiento o ires y venires en la nube. Es una tienda autocontenida, imbebible.... la red no sólo soporta el tráfico, también almacena el archivo. El archivo está en la red. Ah sí, por cierto, se llama Tomorrow's Modern Boxes.  

En fin, el lanzamiento de este disco es una especie de cátedra sobre cómo los creadores y el público debemos de buscar, con ingenio, vías alternativas para distribuir o acceder a los contenidos en la red, bajo la premisa de no perjudicar a los autores de las obras, pero sí de eludir las garras de la industria. Un fino dedo medio al mercado musical cortesía de Yorke, pero también a la escena musical completa, incluyendo a los miles de creadores que mientras se libra una batalla digital alrededor de su obra, prefieren sumergirse en el sexo casual, las fiestas y las mieles del backstage, en lugar de pensar, proponer y desempeñar un rol social un poquito más interesante. 

Bien por Yorke. Creo que independientemente del interés musical que nos genere este nuevo disco, sería bueno, por simple civismo músico-digital, dedicar seis dólares de nuestro bolsillo a celebrar esta iniciativa. 

Adquiere aquí Tomorrow's Modern Boxes.

* Si tienes dudas sobre cómo descargar el disco, puedes consultar este instructivo.

Twitter del autor: @ParadoxeParadis 

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