La repostería y cocina cannábica, además de sus innumerables derivados, no es sólo un pasatiempo delicioso, sino un cuidadoso arte. Los errores a los que nos referiremos en esta ocasión han sido mencionados por Matt Gray, uno de los cofundadores de The Stoner's Cookbook.
1) Siempre olvidas descarboxilar tus plantas
Al cocinar cannabis es importante utilizar algún tipo de grasa: puede tratarse de aceites, mantequilla o leche, puesto que el THC es soluble en grasa pero no en agua. Pero un tratamiento previo de tus plantas es la descarboxilación, un nombre fancy para remover las moléculas de CO2 del THTA, dejando como remanente una hermosa molécula de THC.
Para descarboxilar tus plantas, sólo introdúcelas en el horno a 115 grados Celsius por unos 90 minutos. Luego de esto, tu cannabis está lista para ser disuelta en aceite, mantequilla o la grasa de tu preferencia.
2) Crees que no te "pegó" y comes un poco más
Los efectos embriagadores de la cannabis se sienten al poco tiempo de fumarla, pero en su versión comestible pueden tardar incluso horas en aparecer. Como afirma Gray, "siempre puedes comer más, pero nunca puedes comer menos": este pequeño koan nos recuerda que el malviaje es el resultado de haber comido demasiado THC.
Un error común es comer un pastelillo, esperar 45 minutos y comer más porque los efectos no se presentan. Esto es normal porque el THC entra mucho más despacio al comerlo que al fumarlo, pero sus efectos son muchísimo más potentes. Si no estás seguro de la dosificación, sé paciente y no comas de más.
3) Regresar a la realidad
Existen algunos antídotos para cuando una experiencia de THC se sale de control (aunque recuerda: NADIE ha muerto nunca por un malviaje de cannabis, simplemente es imposible). La forma más sencilla de enfrentar el malviaje es simplemente dormir; pero si necesitas cortar el viaje, prueba comiendo pistaches y piñones (que contienen pineno, que ayuda a la claridad mental), además de ácido cítrico en cantidad generosa: limones, naranjas, uvas, etcétera.
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