El Papa ofrece indulgencias por Twitter. El Dalai Lama lleva su mensaje de compasión hasta Silicon Valley. El Internet es ya en sí mismo un sitio de culto donde la fe y las creencias (pero también la ignorancia) pueden ahondarse hasta extremos insospechados. Sin embargo, con el auge de las redes sociales, el culto religioso y los estilos de vida que promueven no dejaron de ser aprovechados por los internautas para construir redes de comunicación con otros fieles.
Uno de los primeros ejemplos del culto online fue Church of Fools en el 2004. Con una interfaz similar a SecondLife, los feligreses podían crear un avatar personalizado y asistir a misas diarias. Los feligreses siguen el sermón y las oraciones respondiendo vía texto, aunque ritos como la comunión –que implica la transustanciación del cuerpo de Cristo en la ostia consagrada– requieren un poco más de imaginación para realizarse correctamente.
Si no tienes mucha imaginación para el asunto de la Comunión, existen bendiciones pregrabadas para que disfrutes del cuerpo y la carne de Cristo desde la comodidad de tu hogar.
Por desgracia, el costo de mantener vivo un servicio semejante superó la capacidad de la revista cristiana Ship of Fools, de donde nació el proyecto, aunque la iglesia se mudó a Facebook en 2012 como St. Pixels, donde puedes acceder a una sala de chat con el sermón del día y reunirte con otros adeptos.
Como dice Rachel Holbrook, una de las directoras, la religión se trata de un grupo de personas que se reúnen para alabar el objeto de su culto, aunque esta reunión (que remite al religare, al volver a unir) no sea necesariamente en el terreno físico.
Pero este ejemplo se queda muy corto comparado con la producción de Lifechurch.tv. En la vena más corporativa y espectacular del cristianismo, Lifechurch posee 18 iglesias físicas en Estados Unidos, cuyos servicios religiosos son transmitidos 50 veces a la semana por la web.
Lifechurch también cuenta con una sala de chat y efectos multimedia (?) que te harán sentir como si estuvieras en la iglesia. Si te sientes generoso, puedes picar cuantas veces quieras un botón llamado GIVE (dar), para entregar limosnas a través de tu tarjeta de crédito.
¿Pero qué hay de las demás religiones?
Si lo tuyo es el hinduismo, puedes descargar la app Virtual Hindu Temple; si eres judío y no puedes ir a Jerusalem, este sitio te permite hacer un tour virtual por el Getsemaní, el muro de los lamentos y otros lugares de interés religioso desde tu computadora. Aunque los musulmanes tienen menos opciones que los cristianos o los anglicanos, existen algunos sitios como éste que permiten escuchar sermones pregrabados y recitaciones del Corán.
Una parte importante de toda fe religiosa es que el creyente se conecte con aquello que da sentido a su visión de mundo, por lo que no debe parecernos descabellado que al menos las principales religiones del mundo tengan sedes diplomáticas virtuales en el ciberespacio. Después de todo uno lleva su fe a donde vaya –al igual que su smartphone.