Google es el buscador de Internet más utilizado y, por ende, conocido. Puerta y guía por la cual millones de personas, en este mismo momento, llegan a la Red con una idea vaga o imprecisa de lo que quieren y que Google ayuda a encontrar.
En parte el éxito de este buscador, su triunfo aplastante frente a otros como AltaVista o aun Yahoo!, se debe, sí, a la genialidad de su algoritmo, pero quizá también a la discreción con que maneja sus pretensiones comerciales. A diferencia de otros motores de búsqueda, Google ha sabido mantener más o menos aparte la necesidad de quien navega de sus necesidades como empresa. O al menos esa es la consigna: ofrecer resultados de búsqueda en función de la búsqueda misma y también de la relevancia de contenido, pero no como parte de una estrategia comercial de la firma.
Caso contrario a, por ejemplo, bing, equivalente a Google pero de Microsoft, la empresa de Bill Gates, acaso el único buscador en el que el predictor del campo de búsqueda autocompleta la frase "Xbox One es..." con el adjetivo "sorprendente", y nada más. En Google, cuya función de autocompletar toma como referencia la frecuencia de los términos de otras búsquedas (entre otros factores), las opciones son más variopintas: Xbox es terrible, fea, una broma y no retrocompatible.
Xbox, por si acaso hace falta aclararlo, es una consola de videojuegos de Microsoft.
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[gizmodo]