Edición limitada de Fahrenheit 451 hecha en asbesto: para que sea imposible quemarla

Es conocida la razón por la cual Ray Bradbury tituló Fahrenheit 451 a las más célebre de sus novelas: se trata de la temperatura a la cual arde el papel, lo cual hace alusión a una sociedad distópica en la que leer está prohibido y en las ciudades hay cuerpos similares a bomberos que, en vez de apagar incendios, se ocupan en iniciarlos, creando hogueras donde queman cuantos libros encuentren.

Tomando este motivo central del relato, la editorial Ballantine hizo una de las versiones más notables de Fahrenheit 451, publicando en libro en nada menos que asbesto, un material que resiste el fuego y que haría prácticamente imposible la reducción a cenizas del ejemplar. En un ejercicio editorial que también es imaginativo, Ballantine se adelantó a ese tiempo funesto en que, como ya ha sucedido numerosas veces a lo largo de la historia, los libros son objeto de censura y destrucción, previniendo por lo menos la del relato bradburiano.

Actualmente todavía circulan algunos ejemplares de los 2 mil que inicialmente se pusieron en venta. Alguien en Abe Books, por ejemplo, ofrece un tomo en 20 mil dólares.

Por cierto, el mismo Bradbury también decía que solo había algo peor que quemar los libros, y esto era no leerlos.

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