Dentro de la variedad de cafés gourmet que existen, resalta uno por su sabor ligero y natural, pero más allá de sus notas aromáticas, lo hace por su origen, ya que sus granos son recolectados y seleccionados cuidadosamente de entre las heces de un mamífero típico de Indonesia, el civeta.
Por $60 dólares podrás adquirir 4 onzas del fino grano y en algunas cafeterías el precio de una taza llega a costar, por lo menos, $10 dólares que, en comparación a lo que cuesta el kilo de té de excremento de oso panda —$80 mil dólares—, resulta una ganga.
De acuerdo a varios testimonios de personas que han tenido la fortuna de probarlo, comentan que su sabor es similar al té pero con un sabor terroso y vegetal.
El grano proviene de las semillas de cerezas que el civeta ingiere y, sin digerir y ligeramente fermentado, posteriormente defeca.
Los conocedores dicen que independientemente del curioso proceso de fermentación, el sabor tiende a ser suave y menos ácido que cualquier otro café que no tenga tan peculiar procedencia, aunque, en realidad, es caro por su extrañeza mas no por su exquisito sabor que, a decir verdad, también contiene notas almibaradas.
De acuerdo al experto y certificador del Kopi Luwak, Massimo Marcone, los granos defecados por el animal contienen menos bacterias que los granos de café colombiano. Esto se debe a que el proceso de recolección y lavado del Kopi Lwak se hace con cuidado y esmero.
Aunque este tipo de alimentos parezcan extraños, en distintas latitudes del mundo los pobladores alimentan a los animales con el fin de consumir ciertos contenidos de su excremento o al propio animal, como el jamón de bellota o el Kobe, carne de res criada y alimentada bajo estrictas normas de calidad.
[Npr]