Sobre la marcha en contra de la violencia del narco en México

Este domingo decenas de miles de personas se reunieron en  el centro de la Ciudad de México  para manifestarse en contra de la fatua guerra contra el narcotráfico que ha esgrimido la administración del presidente Felipe Calderón. La Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad fue liderada pr el poeta Javier Sicilia, cuyo hijo fue asesinado, víctima de la narcoviolencia, y según algunos calculos congregó a alrededor de 90 mil personas en la plancha del zócalo capitalino.

Los manifestantes llamaron a la renuncia de Felipe Calderón gritando “¡Fuera Calderón!” e incluso “¡Muera Calderón!”, “¡muera!”, a lo que el poeta respondió: “que no muera, que lo despidan".

El otro grito de batalla fue el que exigió la renuncia del gangstéril secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, a quien Julio Hernández, llama “el cineasta gore” de esta sangrienta película nacional, que comparte con el cine un guión de ficción hiperreal. Lo que se hizo reflejar en las pancartas que señalaban que la guerra contra el narco es sobre todo un negocio (una mega producción secretamente hollywoodesca).

Esta marcha es probablemente el primer paso significativo que da la sociedad civil para intentar resolver un problema que consume el espíritu del país, un problema que evidentemente los gobernantes no pueden y no quieren resolver y que solo sera resuelto, si acaso, con la deposición del presidente Felipe Calderón (un presidente que tomó el cargo después de un fraude electoral) o con un  castigo electoral en el 2012 a los tres partidos principales. Esto es quizás el terreno de la utopia, pero considerando que la guerra contra el narco es una operación de intereses creados en los que están involucrados los más altos poderes politicos (incluyendo Estados Unidos), solamente un gobierno totalmente fuera del sistema podría hacer un cambio significativo.

El movimiento que tuvo su primera manifestación significativa ayer es el primero que cuenta con una verdadera legitmidad, al ser encabezado por un poeta, Javier Sicilia, sin filiaciones políticas. Un movimiento que no ha sido cooptado por las agendas políticas y cuya fuerza es la ciudadanía y su incipiente conciencia. Hemos visto como los momvimientos de protesta en África han logrado deponer gobiernos o al menos sacudir íntegramente a la sociedad. Estos movimientos fueron apoyados por la CIA, en México el posible movimiento sería inevitablemente en contra de la CIA y las organizaciones que fomentan y se befefician del narcotráfico y su violencia en México. Esto hace, sin duda, peligroso y difícil este movimiento, aunque su estandarte es pacífico (ya que podría provocar violentas represiones o fácilmente podría ser infiltrado). Porque finalmente solamente una movilización civil masiva –a los niveles que ocurrió en Egipto- podría generar un cambio que enarbolara verdaderamente los intereses del grueso de la población, y propiciara un reacomodo sustancial de la estructura política y la mafia partidista que ocupa los puestos de poder. Por supuesto en México el control es ejercido con cierta solvencia por las televisoras y los llamados poderes fácticos -y entre la pobreza y el control mental de los medios es difícil ver un despertar masivo- por lo cual una movilización ciudadana radical y masiva se ve muy lejana, pero de cualquier manera es la única veta real para un cambio sustantivo en este país, donde se saquean los recursos naturales y se violenta la vida de los muchos para beneficio de los pocos.

Ahora queda ver cómo este movimieento puede crecer. El poeta Javier Sicilia llamó a recuperar la voz, esa voz debe explorar su posibilidad de ejercerse. Sicilia evoco a Octavio Paz dicendo que las palabras deben de ser actos. En ese acto potencial de la palabra está el futuro de este movimiento, que más allá de romanticisimos revolucionarios, es de lo poco interesante actualmente que puede cabalgarse hacia una necesaria acción social (esto y el internet como medio de organización para hacer correr al caballo negro colectivo). Habría que ver hasta que punto Sicilia está dispuesto a involucrarse pero ciertamente se necesita de personas como él para encabezar el movimiento y mantenerse incorruptible.

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