Hay eventos que no buscan multitudes, sino conexión. Destino Dos Equis Mérida fue uno de ellos: una experiencia musical pensada para sentirse, no solo escucharse, que encontró en la Hacienda Susulá el escenario perfecto para romper con el formato tradicional de los festivales y apostar por la intimidad, el detalle y la cercanía.
La propuesta se construyó desde el concepto. En lugar de un solo punto de vista, el evento ofreció distintas formas de habitar la noche —experiencias VIP, Side Stage y Cabannas— que permitieron a cada asistente elegir cómo relacionarse con la música, el espacio y las personas que compartieron el momento. Más que zonas, fueron atmósferas: pequeñas comunidades temporales unidas por el ritmo y la curiosidad.
La Hacienda Susulá se transformó por completo. Luces, visuales y producción envolvieron el lugar en una experiencia inmersiva 360°, diseñada para que el entorno acompañara a la música sin imponerse sobre ella. No había prisa ni saturación: la noche avanzó con una lógica orgánica, casi narrativa, donde cada acto sumaba una capa distinta a la experiencia.
La curaduría musical fue clave para definir el pulso del evento. Victor Cárdenas abrió el camino con ritmos latinos que marcaron el tono festivo; Neil Frances aportó un DJ set de tintes alternativos que equilibró energía y sofisticación; Ovy on the Drums elevó la intensidad con beats pensados para no dejar de moverse. Más adelante, The Blaze ofreció uno de los momentos más hipnóticos de la noche, combinando música y visuales en un show que invitó a la contemplación tanto como al baile. El cierre corrió a cargo de Karlo, quien mantuvo la vibra en lo más alto hasta el final.
Más allá del lineup, Destino Dos Equis Mérida funcionó como un punto de encuentro. Un espacio donde la música sirvió de pretexto para convivir, descubrir y compartir. En un contexto donde los grandes festivales dominan la conversación, este formato recordó que también hay valor en lo cercano, en lo bien curado y en lo que sucede solo una vez.
Con esta edición en Mérida, Destino Dos Equis reafirma su intención de seguir llevando experiencias musicales auténticas a distintos puntos del país, apostando por noches que se recuerdan no por su tamaño, sino por cómo se vivieron.