Doña Leo: la mujer que alimentó la esperanza desde las vías
Sociedad
Por: Carolina De La Torre - 04/14/2025
Por: Carolina De La Torre - 04/14/2025
El 13 de abril de 2025, la comunidad de Guadalupe La Patrona, en Amatlán de los Reyes, Veracruz, se cubrió de luto. Leonila Vázquez Alvízar, conocida con amor y respeto como "Doña Leo", fundadora de Las Patronas, falleció dejando tras de sí un legado que trasciende fronteras, generaciones y discursos vacíos sobre humanidad.
Doña Leo no fue una activista de “pancarta”, ni una voz que ávidamente buscara reflectores. Fue una mujer de acciones concretas y silenciosas, de esas que hacen temblar a los sistemas porque demuestran que la compasión puede ser más potente que la burocracia. En 1994, junto con sus hijas y vecinas, comenzó a lanzar bolsas con comida y agua a los migrantes que pasaban en el tren conocido como La Bestia, en su viaje lleno de peligro hacia el norte. Desde entonces, el acto de dar se convirtió en una trinchera.
Las Patronas nació de ese gesto, cotidiano pero revolucionario: dar a quien nada tiene, sin esperar nada a cambio. Con el tiempo, ese gesto se convirtió en una organización comunitaria que diariamente prepara entre 15 y 20 kilos de alimentos y reparte alrededor de 300 paquetes de ayuda humanitaria. A pesar de los cuestionamientos, las amenazas e incluso la indiferencia de algunas instituciones, Doña Leo nunca claudicó.
Su mirada fue la de una madre que entiende que la dignidad no depende de una nacionalidad ni de un papel con sellos oficiales. Por eso, fue reconocida con el Premio Nacional de Derechos Humanos en 2013. Pero sus verdaderos reconocimientos fueron las miradas agradecidas, las manos que se alzaban desde los vagones y las historias de quienes, gracias a su ayuda, pudieron seguir adelante.
Hoy Doña Leo es velada en el albergue que fundó. Su partida duele, sí, pero también siembra. Porque su vida nos recuerda que la verdadera revolución empieza en lo más pequeño: una bolsa de arroz, una botella de agua, una mano extendida.