La temporada de Aries marca el inicio del ciclo de los doce signos del zodiaco occidental, profundamente ligado a una concepción circular del tiempo, tal y como se observa en los ritmos de la naturaleza. De hecho, el equinoccio de primavera y el comienzo de esta estación son a su vez el inicio de la temporada astrológica.
La temporada de Aries se ha caracterizado como una época de renovación y nuevos comienzos. El calor de la primavera llega para remover los últimos vestigios del letargo que el invierno había impuesto sobre el mundo, y si bien es pronto para que la tierra vea germinar las semillas que todavía duermen en su seno, algo se agita ya en su interior: la esperanza de la vida y su movimiento incesante.
En tanto signo cardinal, de fuego y regido por Marte, Aries es impetuoso, inquieto, siempre con nuevas ideas y planes a flor de piel. El vigor del carnero hace a este signo encontrarse frecuentemente en situaciones de liderazgo y acción, aunque también es cierto que en ocasiones esa fogosidad juega en contra, pues no siempre alcanza para cubrir la distancia que existe entre la proposición y la realización de una idea.
Sea como fuere, Aries abre paso al resto de los signos, inaugurando esta procesión cósmica en la que la vida humana tiene su parte.
En la imagen de esta publicación compartimos «El pintor en el camino a Tarascón», de Vincent Van Gogh (1888), uno de los Aries más destacados de la historia.